Durante décadas, los concursos de arquitectura han sido reconocidos como una gran manera para que oficinas consigan su gran oportunidad, o hacer un nombre por sí mismos en los tipos de proyectos que no podrían haber sido considerados antes. Sin embargo, estos vienen con un inconveniente: no siempre es fácil para las empresas incluirlos en su cultura. Los concursos de diseño llevan su tiempo, a menudo no se traducen en horas facturables y no siempre son vías claras para fortalecer el balance económico de la empresa, y como resultado han visto algo como un retroceso en los últimos años.
Aún así, mientras la profesión de la arquitectura evoluciona, es importante nunca perder de vista el notable valor que los concursos de diseño pueden aportar a los arquitectos, las empresas y la cultura del diseño. Independientemente de su tipo, escala o estructura, los concursos son oportunidades creativas clave que pueden enriquecer nuestro esfuerzo personal y profesional, y como líder de diseño en la sede de Nueva York de la oficina CannonDesign, he trabajado con mis colegas para incorporarlos dentro de nuestro trabajo. Vemos múltiples maneras en las que pueden añadir valor a nuestro trabajo, nuestra empresa y nuestros clientes, y que podrían hacer lo mismo para ti también.