Los recursos limitados se están convirtiendo en un desafío cada vez más común en la arquitectura. Hoy en día, independientemente de la región, los proyectos se ven afectados por la disponibilidad de recursos, a la que ahora se suman consideraciones medioambientales. Esta situación, lejos de ser restrictiva, nos impulsa a explorar nuevas posibilidades sobre cómo concebimos el entorno construido. En este contexto, es crucial entender que los recursos no sólo se limitan a la economía sino que también incluyen aspectos tecnológicos, materiales y espaciales. Así, podemos mejorar nuestra creatividad y eficiencia ampliando nuestras reflexiones al abordar el diseño arquitectónico y sus desafíos, haciendo más con menos.
A nivel comunitario, el desafío se vuelve aún más significativo cuando consideramos que nuestros proyectos no sólo deben estar diseñados para superar estas "limitaciones", sino también para impactar positivamente a sus comunidades. Por ello, los proyectos contemporáneos deben presentar diferentes estrategias para superar las limitaciones de recursos y materiales según el contexto, buscando siempre lograr un impacto positivo y convertirse en propuestas poderosas e ingeniosas al mismo tiempo que democratizan el acceso a la arquitectura.