Traer el clima hacia adentro es usualmente lo contrario que uno desea de una envoltura de un edificio. Sin embargo, una nueva investigación de la Universidad de Oregón, descrita en un artículo de The Washington Post, pretende mostrar los beneficios físicos y psicológicos de dejar entrar la naturaleza. Signos de naturaleza y cambio son beneficiosos para nuestro bienestar, siendo que no siempre tenemos accesos a ellos dentro de los edificios--y ahora los humanos están pasando el 90% de sus vidas adentro. Pero incluso en un escenario urbano, donde la naturaleza puede ser difícil de encontrar, no hay forma de escapar del clima. Cuando los investigadores encontraron formas de llevar cosas como el viento y reflejos del sol hacia adentro, encontraron que la exposición a estos movimientos naturales bajaba las frecuencias cardíacas, mientras que distraían menos que los movimientos similares generados artificialmente.
Por ahora, los edificios verdes son un concepto familiar, pero el artículo en The Washington Post propone ir más allá de los edificios verdes que conocemos hoy en día. Mientras que los edificios verdes pueden ser ideales en las nuevas construcciones, que excluyen a muchos edificios existentes que podrían y deben también beneficiarse de una intervención de la naturaleza. Idealmente, los edificios deberían demostrar activamente su relación con la naturaleza, moviéndose más allá de un simple "no hacer daño".