
El descontento entre los empleados en firmas de arquitectura está en su punto más alto, demostrado en la lucha por la sindicalización de los arquitectos en Estados Unidos en respuesta a la falta de bienestar general en la profesión. Este descontento se puede atribuir en gran medida a la naturaleza explotadora inherente de las estructuras regulares de las firmas arquitectónicas jerárquicas, que fomentan una desconexión entre la dirección que toman las firmas y las personas que trabajan para hacerlo posible. En estas estructuras, el liderazgo a menudo asume proyectos más allá de la capacidad financiera de la firma, con la expectativa de que el personal mal remunerado asuma la mayor parte del trabajo a través de horas extras no remuneradas. En estas estructuras, los empleados no deben ser una voz que guíe a la firma, sino una fuente de beneficios. Entonces, ¿cuáles son las formas de abordar esta desconexión? ¿Es hora de reestructurar las firmas para dar a los arquitectos más autonomía? ¿Cuáles son las formas de crear estructuras de firma no jerárquicas?