Cada vez que veo sensacionales exposiciones sobre la intensidad espacial supuestamente sublime de la Ciudad Amurallada de Kowloon en Hong Kong (demolida en 1994), me parecen nada más que fantasías coloniales que tienen poco que ver con la realidad de vivir en medio de uno de los tugurios más crudos del mundo. Como verán la ciudad amurallada surge constantemente como si fuera todavía un tema válido o incluso interesante. Sobre este asentamiento informal se ha diagramado, fotografiado y escrito por décadas desde un punto de vista estético, modificando su imagen haciendo que las oprimidas víctimas de sus habitantes casi sean invisibles. Sin mencionar que esto no fue un hogar para gran cantidad de las personas que lo habitaron y que no hubo "buenos recuerdos" que se formaran allí, pero aún así, al igual que todos los barrios pobres, era un lugar difícil para vivir, lleno de contradicciones en la bruma de la esperanza de un mejor vida.
The Indicator: Las más recientes noticias y obras de arquitectura
El Indicador: Lo Exótico en lo Marginal y la Persistencia de la Ciudad Amurallada
The Indicator: Revisión al artículo sobre el concepto de "practicantes"
El año pasado, escribí acerca de acabar con el título de "practicante", cambiándolo por la frase "debe ser expulsado de la profesión." El artículo, titulado “No mas Practicantes”, causó un aluvión de respuestas, algunas bastante enojadas, de hecho. Algunos de los encuestados defendían el título, diciendo un título es sólo un título; otros lanzaron ataques en su contra, diciendo que connota alguien no cualificado o inexperto.
Para que quede constancia, yo todavía creo que deberíamos deshacernos de la palabra, no simplemente porque es humillante y disminuye a las personas que han pasado por las etapas educativas rigurosas de la profesión, sino porque hace que la profesión luzca anticuada. Piense en donde se encuentra todavía el término "practicante" y lo que generalmente significa: voluntario, no remunerado/ mal pagado, estudiante, temporal, en práctica, por nombrar algunos. Imagine cómo los clientes de culturas empresariales progresistas lo ven. Asimismo, desde el punto de vista de los negocios, ¿no tiene sentido que la gente pague más por la arquitectura no realizada por "practicantes"? Yo pagaría más por "asociados".
The Indicator: Por qué no existe buena escritura de arquitectura (y francamente, no se necesita)
The Architect’s Journal recientemente anució su convocatoria para el “AJ Writing Prize” (Premio de Escritura AJ), una búsqueda anual para encontrar “al nuevo mejor escritor de arquitectura”.
Ya en 2011 (¿cómo me perdí esto?) se había publicado un tratado escrito por uno de los jueces, Alan Berman, sobre las cualidades que debiera tener la buena escritura de arquitectura.
Ahora bien, por favor considere que estoy destruyendo el ensayo de Berman al remover la siguiente cita de la corriente de su pensamiento, pero dicho esto, este párrafo destaca:
La escritura de arquitectura debe ayudar a que todos comprendan cada uno de los edificios y al mismo tiempo ayudar a los arquitectos a diseñar otros mejores. Esto no quiere decir que sea un manual de instrucciones o que ignoraremos la importancia de la multitud de esfuerzos intelectuales que exploran la situación humana – sobre la cual los arquitectos siempre debieran ser conscientes. Más bien, es decir que el comentario arquitectónico debe aspirar a la claridad y precisión de la expresión por medio de una terminología lúcida y la simplicidad en su estructura.
Si esta es la medida para una buena escritura arquitectónica, o de la escritura que está al servicio de la arquitectura, entonces “abandonad toda esperanza, aquellos que entréis aquí.”