La Humanidad se ha obsesionado con romper sus límites, estableciendo récords únicamente para romperlos una y otra vez. Así el skyline de nuestras ciudades siempre ha sido definido por quienes ostentan el poder en cada época: alguna vez fueron las iglesias, luego las instituciones del Estado y en las últimas décadas, han sido los rascacielos privados los que nos recuerdan quienes son los que pueden llegar más alto, literalmente.
La CTBUH (Council on Tall Buildings and Urban Habitat) actualiza constantemente el listado con los más de 5.000 edificios más altos del mundo, todos ellos por sobre los 150 metros de alto. Hoy en día el Burj Khalifa en Dubai es el edificio más alto del mundo.