Con o sin crisis, la pregunta es inevitable para los arquitectos: “Y después del título, ¿ahora qué?”. Dominado por esa duda existencial, hace dos años el entonces recién titulado arquitecto español Pedro Hernández resumía el futuro de sus colegas en tres posibilidades: becarse, emigrar a otras burbujas inmobiliarias o reinventarse. Y a miles de kilómetros en el hemisferio sur, la polifacética arquitecta chilena, Valentina Rozas, confesaba en una entrevista que “hay cosas que me interesan, voy a ellas y no funcionan. Es parte de las oportunidades que tengo ahora de poder fracasar. Creo que hay que darse espacio para poder fracasar o renunciar”.
Centrémonos en esto último después del salto.