Esta casa fue construida por el diseñador industrial Ross Stevens en Wellington, Nueva Zelanda, y se compone de una gran variedad de materiales reutilizados, incluidos los contenedores de carga apilados. Ubicada en la ladera de una colina -en un terreno abandonado y residual-, los contenedores que la constituyen son totalmente evidentes, al igual que su mobiliario de piezas recicladas.
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