Publicado originalmente como "Jerarquía en el aula: poder, género y arquitectura", en esta cuarta y última colaboración de la Revista CLEA -una publicación anual de la Coordinadora Latinoamericana de Estudiantes de Arquitectura (CLEA)- la estudiante chilena Claudia Candia Arévalo plantea que la educación formativa discrimina y restringe a la mujer. En el ámbito de la arquitectura, esto redundaría en la total invisibilización de las mujeres arquitectas quienes, a pesar de los múltiples obstáculos, en algunas excepciones, "han logrado romper con la frontera de los roles de género y se han instaurado en algún lugar de la historia".
La educación tanto universitaria como escolar funciona en el marco de un sistema social mayor, el patriarcado, entendido según la jurista y escritora costarricense Alda Facio como “el sistema de creencias que no sólo explica las relaciones y diferencias entre hombres y mujeres, sino que toma a uno de los sexos como parámetro de lo humano. Basándose en este parámetro, el sistema especifica derechos y responsabilidades, así como restricciones y recompensas, diferentes e inevitablemente desiguales en perjuicio del sexo que es entendido como diferente al modelo. Además, el sistema justifica las reacciones negativas ante quienes no se conforman, asegurándose así el mantenimiento del estatus quo”.