La igualdad de género aún no es una realidad en muchas prácticas sociales y profesionales. Esto lo vemos frente a la falta de reconocimiento, las imposiciones ocupacionales, las diferencias salariales, entre otras tantas injusticias. Este panorama concierne a las mujeres de todo el mundo, pero queda demostrado por las estadísticas como también sucede desde la arquitectura.
Dentro de este marco de desvalorización y desigualdad, las mujeres negras enfrentan un escenario con un grado aún mayor de invisibilidad. El prejuicio racial arraigado en la sociedad, así como las oportunidades aún segmentadas, generan una disparidad en el número y en el reconocimiento de profesionales negros en las disciplinas y cursos de la arquitectura y el urbanismo.