¿Te imaginas que en la madrugada, tras salir de una fiesta, trabajar o estudiar, llegues a un parabús y sepas el minuto exacto en el que pasará tu transporte público? Ciudades como Londres, Nueva York, Madrid o Melbourne han implementado con éxito sistemas de transporte nocturno con horarios fijos, lo cual ha derivado en diversos beneficios monetarios y de seguridad para la ciudadanía, al tiempo que incrementa el flujo de turismo e incentiva la movilidad sustentable. ¿Qué pasaría si este sistema se aplicase en la segunda vía más grande de América, después de la Avenida 9 de Julio, en Buenos Aires?
La Ciudad de México cuenta con un servicio de transporte público nocturno: el Nochebús. Con 11 rutas que funcionan entre las 12 de la noche y las 5 de la mañana proporciona servicio a las personas que trabajan en horario vespertino, salen a divertirse, o necesitan transporte nocturno por otras razones. Sin embargo, este servicio enfrenta varios desafíos, muchos derivados de la incertidumbre de cuándo pasarán las unidades, debido, en gran parte, a que tiene una frecuencia mucho más baja que el transporte público diurno.