El papel de la arquitectura y en especial el del diseño dentro de nuestras vidas, si bien parece un fenómeno muy moderno, es más bien un elemento que ha acompañado nuestro desarrollo como seres humanos desde tiempos ancestrales. Los objetos, construcciones y espacios que nos rodean no sólo han jugado un papel crucial para nuestra sobrevivencia y desarrollo como sociedad, sino que en ellos hemos depositado nuestra memoria colectiva, personal e íntima. Al tocar un viejo tocadiscos o caminar por una antigua calle de nuestra ciudad la memoria de un tiempo pasado viene a nuestra cabeza, y lo que una vez definimos como hogar ahora nos define a nosotros.
El mismo título del filme “Oblivion” (olvido) ya antecede la situación de sus protagonistas. Viviendo en un futuro devastado por una gran guerra a nivel planetario y tras una serie de catástrofes naturales la humanidad se refugia en el espacio ante la imposibilidad de reconstruir la civilización. Su única esperanza es reunir lo que le resta de recursos naturales para emprender un viaje a otro mundo. Para ello, dos de sus ciudadanos elite forman pareja y en total soledad, dedican su tiempo a la supervisión y mantenimiento de aparatosas máquinas de tecnología imposible.