Imagen generada con inteligencia artificial (DALL·E) por OpenAI. Cortesía de . Image Cortesía de Fabian Dejtiar
Para muchos hogares en América Latina, las cocinas y estufas a base de combustibles fósiles y biomasa, como el gas natural o la leña, son una opción económica y accesible. Sin embargo, estos artefactos plantean ciertos desafíos: son fuente de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), contribuyen a la contaminación intradomiciliaria y evidencian la necesidad de políticas que promuevan una matriz energética residencial más limpia. Estos retos adquieren mayor urgencia al considerar que 2024 ha sido el año más caliente jamás registrado, con un aumento de 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales, impulsado por niveles récord de GEI derivados de actividades humanas, subrayando así la importancia de adoptar soluciones sostenibles en todos los sectores, incluido el residencial, a nivel mundial.
El compromiso global con las emisiones netas cero y la mitigación del cambio climático plantea un desafío monumental para la construcción - un sector que actualmente genera casi el 40% de las emisiones mundiales de CO₂, y cuya cifra se espera siga en aumento. Adoptar prácticas sostenibles es crucial para mejorar las condiciones ambientales, y entre los objetivos principales se encuentran optimizar el confort térmico y reducir el consumo energético en las edificaciones. ¿Cómo podemos lograrlo si no es a través del aprendizaje conjunto y el intercambio de conocimientos entre distintos profesionales y trabajadores del sector?
El concepto de permacultura hace referencia a un sistema de diseño capaz de crear medioambientes humanos sostenibles en base a una ética y una serie de principios de diseño ecológico, ambiental y de resiliencia. En contacto con plantas, animales, construcciones e infraestructuras como agua, energía y/o comunicaciones, la permacultura analiza las relaciones posibles entre estos elementos por cómo se posicionan en el paisaje. Sus 12 principios de diseño pueden aplicarse en múltiples proyectos de arquitectura de diversa escala y programa colaborando, por ejemplo, en la difusión de nuevas maneras de reducir los consumos de energía en las viviendas, ahorrar agua a través de la recolección de agua de lluvia o el reciclaje de aguas grises para los sistemas sanitarios, huertas y demás, y participar en la producción de alimentos, entre otras cuestiones.
Fachadas solares en el Hospital Bornholm. Imagen cortesía de SolarLab
La degradación ambiental ha puesto de manifiesto la necesidad de nuevas fuentes de energía. Un cambio en las fuentes de energía requiere medios innovadores de almacenamiento de energía. Durante siglos, los edificios han demostrado ser capaces de almacenar personas, objetos y sistemas, lo que invita a reflexionar sobre su potencial sin explotar para almacenar grandes cantidades de energía de manera eficiente. En esta nueva era, ¿pueden los edificios ir más allá de ser estructuras funcionales para convertirse en posibles reservas de energía?
¿Cómo es posible reducir el consumo energético de nuestras viviendas? ¿Qué estrategias a nivel proyectual, material y/o tecnológico pueden desarrollarse para lograr el confort interior y a la vez combatir la crisis climática? Si bien alcanzar la eficiencia energética depende, entre otros factores, del estado de las viviendas, existen diversas estrategias en torno a la implementación de energías renovables, tecnologías de climatización y demás que se pueden aplicar teniendo en cuenta las políticas gubernamentales, leyes, regulaciones y normas de cada región en particular.
Entre paneles y conferencias de Clara Camarasa, Nicola Borregaard, Laura Chapa, Paola Valencia, Iván Osuna, Juan Carlos Vega, Angélica Ospina y Diego Velandia, se fueron decantando cinco aprendizajes principales que funcionan como lecciones: desde generar más relevancia y cálculos energéticos hasta el desarrollo de la industria de la madera - y de las certificaciones.
El mundo acaba de presenciar los meses más calurosos de la historia registrada, y las perspectivas están lejos de ser optimistas. Las temperaturas en aumento están generando una mayor demanda de refrigeración, lo que amenaza con desencadenar un ciclo vicioso de mayor consumo de electricidad y emisiones de carbono. En un planeta que enfrenta simultáneamente una urbanización sin precedentes y una crisis climática, la intersección entre la eficiencia energética de los edificios y las tecnologías de refrigeración nunca ha sido más crucial.
Renovación de pared para el ahorro de energía. Aislamiento térmico de la pared exterior con lana mineral, edificio en construcción. Imagen a través de Shutterstock / brizmaker
Los sectores de la construcción y los edificios son actores clave en la lucha contra el cambio climático. Juntos, son responsables del 30% del consumo final de energía global y el 27% de las emisiones totales de CO2 del sector energético. Además, la demanda de energía de los edificios y la construcción continúa aumentando, impulsada por un mejor acceso a la energía en los países en desarrollo, la creciente necesidad de aire acondicionado, una mayor propiedad y uso de electrodomésticos que consumen energía, y un rápido crecimiento en el área global de los pisos urbanos. Sin políticas específicas, la energía utilizada en los edificios podría aumentar hasta un 70% en 2050.
CRA-Carlo Ratti Associati, junto con el arquitecto Italo Rota y el urbanista Richard Burdett, dieron a conocer el plan maestro para la candidatura de Roma para acoger la Exposición Universal en 2030. El proyecto propone un esfuerzo conjunto de todos los países participantes para contribuir a una granja solar que podría alimentar el recinto ferial y ayudar a descarbonizar los barrios aledaños. Se propone que la Expo se lleve a cabo en Tor Vergata, una vasta área en Roma y hogar de la universidad del mismo nombre y un distrito residencial densamente habitado. Todos los pabellones están diseñados para ser completamente reutilizables, ya que se propone que el área se transforme en un distrito de innovación después del evento con la esperanza de revitalizar el vecindario algo descuidado. El plan maestro se desarrolló con varios socios, incluidos ARUP para la sostenibilidad, la infraestructura y los costos, LAND para el diseño del paisaje y Systematica para la estrategia de movilidad.
A diferencia del aire, la temperatura del subsuelo varía muy poco durante el año o según la posición geográfica. Unos pocos metros por debajo de la superficie, la temperatura del suelo oscila entre 10 y 21 °C (50 y 70 °F), según la región. Excavando más profundo, la temperatura aumenta entre 20 y 40 grados centígrados por km, alcanzando el núcleo de la Tierra, que se acerca a los 5000 °C. De hecho, pensar en cómo habitamos una esfera que orbita el espacio con un centro resplandeciente puede resultar angustiante para algunos. Sin embargo, puede ser útil saber que usar la energía de formación de la Tierra para generar electricidad es una forma sostenible y eficiente que ya es común en algunos países. Al mismo tiempo, también podemos aprovechar la temperatura suave que se encuentra a pocos metros bajo tierra para climatizar los edificios, ya sea en climas cálidos o fríos.
España trabaja para promover un sistema de transporte más limpio al ofrecer boletos de temporada gratuitos para trenes suburbanos y regionales, lo que se traduce en aproximadamente 48 millones de viajes por mes. La iniciativa espera ayudar a los ciudadanos a reducir el consumo de combustible y el costo de vida, durante épocas de incertidumbres económicas y de aumento de precios de la energía. A principios de este verano se anunció un descuento del 30% para el transporte público municipal y los gobiernos locales en sitios como Cataluña superan el 60% de descuento. El programa se desarrollará entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre.
La energía eólica es un tipo de energía renovable que se obtiene del viento, es decir, deriva del movimiento de masas de aire que se desplazan desde zonas de alta presión atmosférica hacia zonas próximas de menor presión, con velocidades proporcionales al gradiente de presión. Para aprovechar la energía eólica se utilizan máquinas denominadas aerogeneradores o turbinas, activadas mediante el movimiento del viento que permite que la hélice gire. Ésta se conecta a un rotor de generador que eleva la velocidad de giro a miles de revoluciones por minuto, convirtiendo la energía cinética en energía eléctrica.
Con la cantidad de información y tecnologías disponibles actualmente, ya sea de investigación académica o de los propios fabricantes de productos de construcción, hay muy poco espacio para el empirismo y la experimentación al diseñar a escalas diversas. Es más, los conceptos erróneos en las especificaciones de diseño pueden generar enormes costos y dolores de cabeza. Sin embargo, mucho antes de la construcción y la ocupación del edificio, es posible comprender claramente cómo funcionará térmicamente, su capacidad de generación de energía fotovoltaica e incluso cuántos recursos se necesitarán para enfriarlo y/o calentarlo. Existen software, herramientas y aplicaciones que permiten cuantificar todas estas decisiones de diseño, evitando errores, costos adicionales, la producción innecesaria de desechos y garantizando la eficiencia de todos los materiales aplicados.
A mediados de agosto, después de adquirir un campus tecnológico abandonado en Mountain View, California, Google aprovechó a Clive Wilkinson Architects para crear un nuevo campus corporativo, Googleplex 1.0, fuera de él. Cortesía de Benny Chan / Fotoworks
La energía ya incorporada en el entorno construido es un valioso recurso. Es hora de comenzar a tratarlo como tal.
En su sede de Googleplex en Mountain View, California, Google tiene lo que podría decirse que es uno de los campus corporativos más sostenibles en Estados Unidos. Tiene un nuevo complejo de un millón de pies cuadrados en un paisaje de 42 acres, con monumentales edificios futuristas del arquitecto danés Bjarke Ingels y el diseñador británico Thomas Heatherwick. Pero estos lugares no son el mismo lugar. Aunque el nuevo campus sin duda se ha desarrollado con un sentido del deber medioambiental, el campus radicalmente sostenible es el de al lado, que Google ha estado utilizando desde 2003. Previsible y afortunadamente, lo seguirán utilizando. Construido en 1994, fue una vez el hogar corporativo de una empresa de tecnología anterior de Palo Alto, Silicon Graphics.
https://www.archdaily.pe/pe/932660/una-nueva-idea-en-arquitectura-no-construir-mas-edificios-nuevosThomas de Monchaux
Powerhouse Brattørkaia, diseñado por Snøhetta, ubicado en Trondheim, Noruega, desafía las nociones tradicionales de construcción y establece nuevos estándares para edificios que producen más energía de la que consumen.
Arquitectura, forma y energía es una serie de documentales que fue grabada a principios del año 2018 en Londres, Inglaterra y en la Ciudad de México con la participación de 6 ponentes originarios de Reino Unido, Estados Unidos, Malasia y México. La idea proviene de la creación de un documento electrónico que difundirá de manera masiva temas que inspiran la evolución arquitectónica contemporánea, desde la influencia del clima del lugar, la inspiración que promueve la naturaleza, la relación entre forma y energía, selección eficiente de materiales y la aplicación tecnológica adecuada.
Especialistas en energía renovable de la Universidad de Exeter, en Inglaterra, desarrollaron un bloque de vidrio con células solares embutidas. La idea es que, al diseminarse esta tecnología, sea posible construir una casa o un edificio completo utilizando bloques que generen energía a través de su fachada.
El producto se llama Solar Squared y garantiza el aislamiento térmico del edificio, además de permitir el paso de la luz natural.
Año a año, los Fab Labs se reúnen en distintas ciudades para presentar, prospectar, debatir, colaborar y crear la comunidad en torno a los distintos intereses locales y globales sobre fabricación digital, innovación y tecnología. En 2017 se llevará a cabo el 13° Encuentro en Santiago de Chile, bajo el tema 'Fabricating Society'.