Viviendo en Barcelona hace ya tres años, el fotógrafo panameño Eduardo Vega-Patiño decidió conocer Islandia, como respuesta a la necesidad de visitar un lugar del que no supiera absolutamente nada. La respuesta estaba a casi 3.000 kilómetros al norte, en Islandia, la isla conocida por su inclemente clima, su imponente geografía y sus recientes vueltas política. Alejado de los callejones medievales de Barcelona, Vega-Patiño tradujo su experiencia en el proyecto fotográfico Houseland.
Houseland es una serie de viviendas unifamiliares retratadas en su paso por Islandia. Sorprendido por las formas y colores de la arquitectura cotidiana de sus ciudades, el autor conversó con ArchDaily en Español y explicó que su intención fue "mostrar el otro lado, no solo el paisajismo increíble que habita Islandia, sino también a su gente, a sus colores, sus espacios que, para un tipo de este lado del continente, parecen inventados y ficticios. El otro lado del que se habla menos".