“Al visitar una casa en venta, entramos en una habitación vacía y pensamos: ‘Esta podría ser una habitación para invitados’ o ‘aquí yo podría tener mi estudio’, y nos imaginamos cómo se podrían ordenar los muebles e incluso considerar una serie de alternativas. Cuando lo hacemos, se evalúa la capacidad de ciertos espacios para contener diferentes actividades”. (John N. Habraken) [1]
En nuestra serie dedicada a los elementos y espacios básicos de la arquitectura, hemos profundizado en una serie de dispositivos o recintos que son determinados fuertemente por la función que cumplen. ¿Que pasa con los espacios – dormitorio? Cómo reflexiona Habraken, los espacios que albergan ciertos actos, como el “de dormir”, son en general mucho más indefinidos (pero adaptables) que el resto de las habitaciones de una casa, y el cumplimiento de esta función recae en mobiliarios que aparentemente tienen poco que ver con la arquitectura… como la cama.
¿Cómo cualificar el espacio para dormir sin perder su flexibilidad programática? Sigue leyendo y revisa una serie de proyectos que se han atrevido a darle una segunda vuelta al dormitorio, después del salto.