Diseñada por el arquitecto catalán Antonio Bonet entre 1959 y 1960, la geométrica capilla situada en el departamento de Canelones pretendió finalizar su construcción en memoria de la poetisa uruguaya Susana Soca.
Reconocida por su aspecto constructivo, fue el primer proyecto de carácter religioso del arquitecto en Uruguay y estableció desde su concreción ciertas reflexiones sobre la arquitectura moderna en el contexto uruguayo de la década de 1960.