Este artículo fue publicado originalmente en Common Edge bajo el título "When It Comes to Climate Change, Traditional Practice Is Broken."
Los diagnósticos sobre diseño sostenible en Estados Unidos se presentan, para muchos, como una especie de test de Rorschach. Por un lado, pareciera que el sector de la construcción avanza con pasos firmes hacia objetivos de emisiones de carbono nulas, pero por el otro, pareciera que la disciplina evoluciona con demasiada lentitud, sin lograr alcanzar los objetivos clave mientras el reloj ecológico sigue avanzando sin detenerse. La verdad desconcertante de todo esto es que ambas perspectivas son aparentemente ciertas. En las últimas décadas, el sector se ha vuelto mucho más eficiente desde el punto de vista energético. Hemos aumentado el número de edificios aplanando la curva energética y el costo de las energías renovables sigue bajando. Pero se necesita mucho más, y mucho más rápido. También, todavía siguen existiendo enormes obstáculos. Sin una red renovable y códigos energéticos estrictos, es difícil ver cómo podremos descarbonizar completamente el sector de la construcción incluso en 20 años, y mucho menos en el plazo sugerido por los científicos del clima. Es el clásico escenario de buenas y malas noticias (o viceversa, según el estado de ánimo).