En nuestros días el dinero es la regla que mide el mundo. Resume el esfuerzo de la mano de obra, la materia prima y todas las demás implicaciones necesarias para completar casi cualquier cosa. Pero a pesar de su aparente universalidad, hay cosas que escapan esta medida. Por ejemplo, al mirar el presupuesto de nuestros proyectos y el resultado construido, la ecuación parece desbalanceada.
Nuestra búsqueda por reconocer lo necesario y nuestra inclinación a ser la carne de cañón en las luchas que peleamos, nos han llevado a sumar recursos distintos al dinero. Estos recursos son más complejos de medir e identificar, pero sin ellos nuestro trabajo sería imposible. De hecho son la esencia que da forma a nuestras conquistas.