A los 62 años de edad, en 1964, el arquitecto mexicano Luis Barragán comienza el proyecto de una de sus obras más representativas: la Fuente de los Amantes, ubicada dentro del Fraccionamiento Los Clubes, en el municipio de Atizapán, Estado de México.
Esta obra se enmarca dentro de una intervención mayor, asociada dentro del mismo proyecto a la Cuadra San Cristóbal (caballerizas) y a la Casa Egerstrom, pensadas por el arquitecto para una comunidad de caballistas. El conjunto, terminado en 1969, se transformó en un símbolo de su obra por el impecable uso del agua, la abstracción geométrica de los distintos planos, y el uso del color, elementos recurrentes en su carrera.