Hace miles de años, una cadena de volcanes y colinas formó un valle que se convirtió en el hogar de cinco lagos. Según la mitología indígena, esta zona sirvió como punto de referencia clave para la fundación de la antigua Tenochtitlan, marcada por la señal de un águila posada sobre un cactus, devorando una serpiente. En el apogeo de su esplendor, la ciudad estaba organizada dentro de un intrincado sistema de calzadas, muchas de las cuales todavía sirven como vías principales, junto con canales que conectan los cinco cuerpos de agua. Con el tiempo, acontecimientos como la colonización, la independencia, la revolución y la modernización transformaron su estructura y nombre, dando lugar a lo que hoy se conoce como Ciudad de México.