Este artículo fue publicado originalmente por Archipreneur como "Razones por las que arquitectos pueden ser grandes desarrolladores inmobiliarios (o no?)".
Hoy en día, la mayoría de los arquitectos trabajan únicamente en el diseño final del proceso de desarrollo. Es sabido que el valor neto de los servicios arquitectónicos en el valor total de un proyecto se reduce a un porcentaje muy pequeño (por lo general de un solo dígito), lo que sitúa a los arquitectos cerca del fondo de la estructura financiera en la industria.
Atrapados entre desarrolladores, clientes, contratistas y subcontratistas, los arquitectos suelen tener un papel que implica una gran responsabilidad, pero una compensación proporcionalmente baja para ella. Cuando añadimos a eso el agravio de no tener el control total de un proyecto, se pone de manifiesto por qué un número creciente de arquitectos ya sea hacen la transición al desarrollo inmobiliario o transforman sus oficinas de diseño en diseño construido.
Aunque todavía está en su infancia, esta transición parece indicar que está teniendo lugar una tendencia emancipatoria, donde los arquitectos toman las cosas en sus propias manos y así reclaman su legítima posición dentro de la industria.