Al cierre de esta columna, las personas fallecidas superan las 130 y hay más de 15 mil viviendas afectadas en los mega-incendios de Valparaíso, Viña del Mar y Quilpué, ocurridos en Chile a comienzos de Febrero de 2024. Tragedia que, ante todo, nos hace lamentar una vez más la falta de planificación urbana y seguir mejorando programas de prevención, evacuación y alerta. Estos hechos también nos llaman -otra vez- a delinear algún diagnóstico y cursos de acción hacia la necesaria adecuación.
Los ladrillos forman parte del imaginario colectivo cuando pensamos en construcción. Se trata de materiales elementales, omnipresentes, modulares, ligeros y confiables para la construcción de edificios. Sin embargo, la fabricación tradicional de bloques cerámicos se basa en la quema de arcilla en hornos a altas temperaturas, por lo general alimentados con combustibles fósiles no renovables como el carbón o el gas natural. Además, el proceso de transporte aumenta significativamente su huella ambiental, ya que los materiales son pesados y voluminosos. Sabemos que existe un interés creciente por encontrar materiales de construcción alternativos, que ofrezcan un menor impacto ambiental y una mayor sostenibilidad. De hecho, los ladrillos de suelo cemento son un buen ejemplo, ya que presentan una menor huella ambiental al utilizar materias primas locales y eliminar el proceso de quema, pero manteniendo muchas de las cualidades intrínsecas de los ladrillos tradicionales.
Piezas de porcelanato han sido hábilmente elaboradas en todo el mundo durante siglos, siendo ampliamente utilizadas en suelos, paredes, escaleras e incluso encimeras. Este material, derivado de arcilla fina y sometido a altas temperaturas, es reconocido por su estética refinada, facilidad de mantenimiento y baja absorción de agua. Su notable versatilidad y durabilidad lo distinguen, convirtiéndolo en una elección destacada para diversas aplicaciones. En su proceso de fabricación, tras la fase de secado, las piezas se abren a infinitas posibilidades de impresiones y patrones gracias a la tecnología de chorro de tinta láser, permitiendo alcanzar los efectos deseados en cuanto a color y textura. Este enfoque tecnológico no solo refuerza la calidad del producto, sino que también añade una dimensión creativa a la aplicación de estas piezas de porcelanato en entornos diversos.
Mucho más allá de las modas temporales, los revestimientos de porcelanato con texturas se han destacado como una forma efectiva de transformar los interiores. Estos pueden ser empleados en paredes específicas para destacar, creando puntos focales que realzan la decoración, permiten aumentar la luminosidad y el movimiento en los espacios gracias a sus facetas tridimensionales, y pueden combinarse con accesorios y elementos para romper con la paleta cromática dominante.
De la misma manera que las sociedades se transforman, los tiempos cambian y las ciudades evolucionan, la arquitectura industrial se moderniza y tecnifica, llegando en algunas ocasiones a un estado de abandono o ruina. Comprendiendo su valor como legado construido y siendo vestigios de cambios tecnológicos, sociales y culturales, la renovación y/o reconversión de numerosas fábricas y naves industriales puede dar lugar a la revitalización, recuperación o crecimiento de diversas áreas en las grandes urbes incorporando nuevos usos y espacios para el disfrute de su ciudadanía.
Las imágenes de esta exposición buscan crear un espacio de reflexión sobre una parte que es posible extrapolar al estado actual de la ciudad de Concepción, Chile. Se trata de una vista simultánea de casos de arquitectura emparentados por su técnica, escala o periodo de edificación, fijando la impronta que imperó en la ciudad durante los últimos 100 años y que actualmente se encuentra amenazada por un proceso de renovación urbana distante de las motivaciones que dieron origen a su legado patrimonial.
¿Es posible decir que existe un material atemporal en la arquitectura, en términos estéticos? Sin duda, la madera y el hormigón son fuertes candidatos, no solo por ser representantes de la solidez, volumen y masa de las construcciones, sino también porque ofrecen una gran variedad estética en los proyectos. El hormigón, a diferencia de la madera, tiene mayor maleabilidad. Si bien la madera ofrece soluciones más moldeables a través de sistemas CLT, por ejemplo, el hormigón se obtiene a partir de una mezcla que se puede verter en un molde, extender sobre una superficie y moldear en diferentes formas.
Cualquiera que sea la religión a la que pertenecemos, o incluso si renunciamos o denunciamos la religión organizada en todas sus formas, es muy recurrente entrar en contacto con la iconografía religiosa en países predominantemente cristianos; la estética clásica de la arquitectura de la iglesia.
Dentro de estos espacios se suelen celebrar al menos tres eventos principales de la vida: nacimientos, muertes y matrimonios. Allí nos impresionan las bóvedas altas, la piedra intricada y, en un día soleado, la belleza espiritual y los cambiantes colores de la luz que atraviesan los vitrales.
La degradación ambiental ha puesto de manifiesto la necesidad de nuevas fuentes de energía. Un cambio en las fuentes de energía requiere medios innovadores de almacenamiento de energía. Durante siglos, los edificios han demostrado ser capaces de almacenar personas, objetos y sistemas, lo que invita a reflexionar sobre su potencial sin explotar para almacenar grandes cantidades de energía de manera eficiente. En esta nueva era, ¿pueden los edificios ir más allá de ser estructuras funcionales para convertirse en posibles reservas de energía?
Asi es como nuevamente la comunidad y autoridades deben comenzar el proceso de reconstrucción y reparación del sector vulnerado. Es en este momento que es de suma importancia tener en consideración los motivos que aumentaron el riesgo y esparcimiento de los incendios y volver a revisar las normativas urbanas, regularización y sobre todo educar a las comunidades sobre la prevención de riesgos, ya que muchas de estas viviendas estaban construidas fuera de norma y de manera informal.
Vivir en ciudades construidas sobre laderas geográficas es una experiencia única y desafiante. Si bien estas áreas pueden ofrecer vistas panorámicas y paisajes impresionantes, por otro lado, la topografía empinada presenta una serie de desafíos en términos de planificación urbana, seguridad estructural y riesgos socioambientales. Estas ciudades requieren cuidados y soluciones especiales en el diseño de calles, edificios e infraestructuras, así como la comprensión de que, por razones de seguridad ambiental y de la población, no todas las áreas deben ser ocupadas.
La reubicación de una ciudad capital es una decisión urbana compleja con diversas dimensiones y consecuencias tanto para la antigua capital como para la nueva. Esta puede ser impulsada por factores políticos, económicos y sociales (entre otros), y tiene implicaciones tanto urbanas como arquitectónicas para los residentes. Algunos de estos factores pueden ser la ubicación, la planificación, el diseño de edificios, el propósito de la antigua capital, las condiciones climáticas y la separación de los centros político/administrativos de las ciudades culturales y económicas.
A raíz del continuo discurso urbano, países como Egipto están construyendo una nueva ciudad capital para aliviar la población y el estrés urbano en El Cairo. De manera similar, Indonesia está planeando una nueva capital en respuesta a los desafíos que enfrenta Yakarta, como la contaminación, la congestión del tráfico y el aumento del nivel del mar. Es valioso examinar otros países del sur global que han trasladado sus ciudades capitales, teniendo en cuenta las lecciones arquitectónicas y urbanas aprendidas de sus experiencias.
La arquitectura, entendida como producto cultural, está fuertemente influenciada por diversos estímulos que incluyen aspectos históricos, geográficos y culturales, entre otros. Estos elementos conforman una herencia que puede (o no) perdurar en el tiempo. Aunque la arquitectura tiende a adaptarse a cada cultura, ajustando sus técnicas tradicionales según su contexto y moldeando el entorno que la rodea, no existe una garantía de que los elementos tradicionales perduren o permanezcan inalterados con el paso del tiempo. Esto se debe en gran medida a la constante evolución de la sociedad y la tecnología, que en ocasiones tiende hacia la universalidad y la adopción de un lenguaje común, en lugar de uno propio.
Ante este escenario, es fundamental explorar un enfoque donde la innovación y la tecnología no reemplacen la tradición y la producción artesanal; más bien, surgen como un medio de exploración hacia rutas emergentes. La adopción de técnicas y materiales innovadores que se adaptan a las necesidades locales específicas permite mantener una expresión auténtica que responde a las demandas del entorno. Este enfoque, potencialmente llamado neoartesanía, permite preservar una voz única que refleja la autenticidad del contexto local y, al mismo tiempo, contribuye a una perspectiva universal al fusionar lo local con lo global.
https://www.archdaily.pe/pe/1012892/interseccion-creativa-entre-innovacion-y-tradicion-el-proyecto-talaveraEnrique Tovar
En el diseño arquitectónico, nuestras interacciones con organismos no humanos han involucrado predominantemente la creación de barreras para excluirlos del ámbito humano. Pero, ¿qué pasaría si adoptamos un enfoque diferente? El diseño entre especies es un movimiento que coloca a los organismos no humanos, como hongos, insectos y diversos animales, en pie de igualdad con los humanos. Esta filosofía de diseño proporciona marcos que fomentan relaciones no jerárquicas con otras especies. Al hacerlo, cultiva la empatía por otras formas de vida y cambia nuestra perspectiva sobre el mundo que nos rodea. Su objetivo no solo es lograr un enfoque de cero emisiones, sino también buscar la colaboración con organismos no humanos para desarrollar entornos beneficiosos para todos. A continuación, exploramos algunas tecnologías emergentes de materiales diseñadas para beneficiar tanto a los humanos como a otras formas de vida.
Tejer no es solo una habilidad técnica, sino también una forma de diseñar experiencias materiales. Participar en el proceso de tejido nos permite estructurar, comunicar, reflexionar y conectar con nuestros diseños. Al experimentar con diferentes estructuras de tela, obtenemos información sobre cómo los materiales se comportan bajo tensión y compresión. Este alcance nos ayuda a empujar los límites de los textiles y sus limitaciones, dando como resultado diseños que estiran y prueban las propiedades de los materiales.
En la arquitectura, el mecanismo constructivo del tejido centra el refugio en el proceso de construcción. En este sentido, el refugio se convierte en una manifestación directa de la producción de materiales. Además, el tejido ofrece numerosos beneficios ambientales y sociales al crear refugios que interactúan activamente con los materiales, herramientas, tecnologías y potenciales creativos, apoyando así la creación de lugares.
Arabia Saudita, un país que atraviesa una gran transición, no solo está cambiando su horizonte sino también redefiniendo su identidad a nivel global. Como parte de su Visión 2030 que sirve como brújula, el reino se está moviendo hacia nuevos desarrollos, con el objetivo de revitalizar su cultura y diversificar su economía. De hecho, la capital, Riad, lidera la transformación al albergar la Exposición Mundial 2030. Representando la dedicación del país hacia el progreso, se están llevando a cabo varios mega proyectos que están transformando la estructura del reino.
Entre los diversos proyectos, muchas firmas de renombre mundial están trabajando en estos mega proyectos en diferentes escalas. Por ejemplo, el renacimiento cultural se muestra a través de la Ópera de Snøhetta en Diriyah, mientras que la Torre Jeddah se encuentra en una trayectoria que superará al Burj Khalifa. Mientras tanto, la conversión de una planta desalinizadora de Jeddah en un próspero centro cultural por parte de Heatherwick Studio muestra su reutilización de espacios industriales. Desde proyectos costeros de Foster + Partners hasta rascacielos en el centro de la ciudad que están redefiniendo el horizonte, el país está experimentando transformaciones significativas en su entorno construido.
Hacia diciembre de 1956, Mario Soto y Raúl Rivarola recibieron el primer premio para construir cuatro escuelas en la provincia de Misiones, Argentina, y luego, le siguieron el primer premio para la construcción de seis hosterías, el encargo del proyecto de la Escuela Normal Superior N° 1 en Leandro N. Alem y el primer premio para la construcción del Instituto de Previsión Social y Hotel de la ciudad de Posadas. Sus obras en Misiones, desarrolladas en el marco del proceso de provincialización de los territorios nacionales sucedido entre 1951 y 1955, han brindado la oportunidad de estudiar temáticas como la vinculación entre Estado y arquitectura, el enlace entre técnica y política, la arquitectura de estado y las vanguardias, el dilema de los estilos, entre tantos otros.
Las ciudades contemporáneas y los asentamientos urbanos se manifiestan como estructuras complejas que demandan una reflexión profunda y un enfoque cuidadoso. Los modelos sociales y las disposiciones espaciales dentro de ellos están en constante evolución, transformándose con el tiempo. En este contexto, surge una pregunta crucial: ¿Cuál es el modelo predominante para las ciudades hoy en día? Muchas ciudades contemporáneas resultan de un paradigma que alcanzó su apogeo en el siglo XIX, caracterizado por una densificación intensiva y una urbanización en respuesta a necesidades que no siempre reflejaban a sus habitantes.
En algunos casos, debido a las transformaciones experimentadas por las grandes ciudades, ciertos sectores urbanos han caído en desuso, convirtiéndose en espacios residuales o alejándose de propósitos orientados al desarrollo comunitario. Reconocer que las personas son la fuerza impulsora detrás de la dinámica de las ciudades y los asentamientos humanos es imperativo para reclamar estos espacios. Con este fin, enfoques teóricos como el propuesto por el derecho a la ciudad de Henri Lefebvre y la ciudad de los 15 minutos se presentan como alternativas. En estas ocasiones, las personas recuperan el enfoque, convirtiéndose en elementos clave en el diseño y permitiendo el restablecimiento de un vínculo comunidad-persona-espacio.
https://www.archdaily.pe/pe/1012540/la-reactivacion-de-espacios-publicos-residuales-con-disenos-para-la-comunidadEnrique Tovar
Peripheria Films nos comparte dos filmaciones del nuevo Parque Jardines Mediterráneos de La Hoya diseñado por KAUH Arquitectura y Paisajismo. Se trata de un video de la construcción y un video del funcionamiento de la intervención paisajística que recupera el singular enclave patrimonial de la Hoya para Almería, España.
El movimiento Ciudades Saludables es un concepto de planificación fuerte pero a veces subestimado, que tiene sus raíces en la compleja estructura del cuerpo humano. Formado en la década de 1970, trasciende el paradigma actual de la construcción, la planificación de carreteras y espacios abiertos para abordar una visión más compleja y sistémica de la vida comunitaria. El movimiento fue pionero y cofundado por el Dr. Leonard Duhl, quien era urbanista y médico. Realmente, tuve la suerte de tenerlo como mentor de planificación.
Los espacios comunes, ya sean internos o externos, públicos o privados, se caracterizan por ser lugares de encuentro, oportunidades, intercambio de ideas o bienes, y en última instancia, le confieren identidad a las ciudades. Sin embargo, con la aparición de Internet y las redes sociales, muchas de estas funciones se han trasladado al ámbito virtual o han perdido parte de su relevancia, y hemos sufrido un impacto en las relaciones durante el largo período de aislamiento debido a la pandemia. Ante este desafío, los profesionales de la arquitectura se enfrentan a la cuestión fundamental de cómo revitalizar estos espacios cruciales para la sociedad. ¿Será el diseño la clave para reavivar estos lugares? ¿Cómo es posible lograr que estos espacios, que son a la vez de todos y de nadie, sean realmente cómodos?
Un símbolo histórico de la era industrial: el techo en diente de sierra es un legado perdurable de la historia arquitectónica. Aunque es una invención funcional que nace hace casi 200 años, esta icónica forma está experimentando un renacimiento en muchos proyectos contemporáneos.
Compuesto por muchos techos largos y delgados con pendientes irregulares colocados uno al lado del otro, un tejado en diente de sierra posiciona sus bordes más empinados, llenos de paneles de vidrio, lejos del ecuador. Esto permite que los edificios grandes controlen su ganancia solar al omitir la luz solar directa, al mismo tiempo que permite que la luz natural indirecta y uniforme llegue a toda el área interior.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que más de la décima parte de la población mundial, aproximadamente 800 millones de personas, practican la agricultura urbana en todo el mundo. En los Estados Unidos, millones de ciudadanos carecen de acceso a supermercados. Los agricultores urbanos desempeñan aquí un papel crucial en la solución de los problemas de seguridad alimentaria en las ciudades.
Históricamente, la distancia entre las zonas rurales y urbanas nunca ha sido mayor, lo que hace que las fuentes de alimentos rurales tradicionales sean considerablemente inaccesibles. Las ciudades se desarrollaban alrededor de mercados centralizados que llevaban productos de las tierras de cultivo a los centros urbanos. Hoy en día, la agricultura urbana está revitalizando esta conexión entre los habitantes de la ciudad y los productos agrícolas.
La fascinación de Christopher Payne por las fábricas se remonta décadas atrás. Como estudiante de arquitectura en la Universidad de Pensilvania en la década de 1990, Payne tuvo la suerte de encontrar un trabajo de verano en una agencia dentro del Servicio de Parques Nacionales llamada Historic American Buildings Survey. “Enviaban equipos de estudiantes de arquitectura, historiadores y fotógrafos para documentar todo tipo de proyectos,” dice. “Documentamos silos de granos en Buffalo, puentes de hierro fundido en Ohio, una planta de energía en Alabama y parques nacionales en Utah. Esa experiencia me inculcó una profunda apreciación por la arquitectura industrial.” Después de graduarse, trabajó varios años como arquitecto en la ciudad de Nueva York antes de dedicarse por completo a la fotografía. Sus libros anteriores incluyen New York’s Forgotten Substations: The Power Behind the Subway; Asylum: Inside the Closed World of State Mental Hospitals; North Brother Island: The Last Unknown Place in New York City; y Making Steinway: An American Workplace. El mes pasado, Payne dio la conferencia en memoria de Ralph Caplan en la Escuela de Artes Visuales y poco después me comuniqué con él para hablar sobre su libro más reciente, Made in America (Abrams), su larga historia de amor con las fábricas y el proceso fotográfico.