"Nosotros damos forma a nuestros edificios; después, ellos nos dan forma a nosotros". A pesar de las palabras de Winston Churchill, los arquitectos estamos moldeados por nuestra cultura, y nuestro trabajo reacciona ante ella. Como nuestra cultura evoluciona, la práctica de la arquitectura evoluciona. Lo que es "nuevo" en la práctica arquitectónica ha tenido un cambio acelerado, que ha explotado en el siglo XXI porque las nuevas tecnologías lo han cambiado todo al nivel de la Revolución Industrial, hace 200 años.
Los templos megalíticos de Malta se consideran los primeros edificios diseñados, construidos hace más de 5.000 años. Durante los 4.800 años siguientes, los edificios se construyeron según el modelo del "maestro constructor". Una figura central dirigía el diseño y la construcción de los edificios públicos. Ese modo de crear desarrolló un sistema de aprendizaje y de creación de bibliotecas personales para la educación, y esa práctica arquitectónica de "Maestro Constructor" creó la arquitectura egipcia, romana y griega, asiática, gótica, mesoamericana y renacentista.
La Revolución Industrial cambió por completo el modo de vida de la humanidad y, por tanto, la práctica arquitectónica. En 1819, en la Escuela de Bellas Artes de París, los arquitectos empezaron a recibir una educación formal, como los cirujanos o los clérigos. Ese sistema educativo se impartía en un mundo occidental, blanco y dominado por los hombres, al que tenían pleno acceso los que tenían derecho, y luego ese mismo grupo demográfico juzgaba, publicaba y encargaba los diseños, construidos físicamente por los excluidos del sistema.
En 1973 entré en el mundo de la Ivy League de la Escuela de Arquitectura, Arte y Planificación de la Universidad de Cornell y ese sistema estaba plenamente vigente después de 150 años de práctica. Como hombre blanco, heterosexual, estadounidense, educado en una escuela privada, cuyos padres pertenecían plenamente a la cultura de clase media-alta del Sueño Americano suburbano, yo formaba parte de ese sistema. No había profesoras, pero se hacían esfuerzos para que la diversidad fuera un objetivo, pero 2/3 de mi clase era yo.
En los últimos 50 años, las cosas han cambiado en la práctica arquitectónica porque nuestra cultura ha cambiado. Ahora se sabe que el título tradicional de "Diseño" no es más que la pedagogía central de una constelación creciente de orientaciones profesionales. Resulta que la "Madre de las Artes" puede tener muchos vástagos. Gestión de la construcción, diseño de productos, escenografía, dibujo animado, especialización en muros y tejados, sostenibilidad, resiliencia y conservación son carreras que ahora nacen de la arquitectura. Sitios web como arch2o y archipreneur han descrito la explosión de usos de los arquitectos y la enseñanza de la arquitectura que han evolucionado a medida que las tecnologías han cambiado la forma de describir y comunicar los edificios.
El papel esencial del "Arquitecto" se ha ampliado para convertirse en el promotor de proyectos. Profesionales de enorme éxito como Jonathan Segal, FAIA, y Bruce Becker FAIA han acabado con el requisito de que los arquitectos tengan mecenas, y empresas más jóvenes como F9 Productions siguen adelante con la conexión directa entre capital y diseño.
Más allá del cambio estructural en el modelo organizativo de cómo se hacen los edificios, los últimos veinte años de cambio tecnológico explosivo en nuestra cultura pueden significar que los edificios pueden ser innecesarios para crear arquitectura. Blockworks define la "arquitectura de la experiencia" como una extensión directa de la apreciación de la forma y el espacio directamente al cerebro, sin que el mundo tridimensional sea aprehendido y procesado por los sentidos.
El resultado neto de esta explosión de cambios puede ser el fin del nieto de la práctica del "Maestro de Obras" -el "Starchitect"-, el mago central de la construcción. La humanidad creó los Templos Megalíticos de Malta. Desde ese momento, el diseño humano ha formado parte de un edificio, como el diseño humano ha creado la cocina en los alimentos y la alta costura en la ropa. Esa humanidad común se encontrará en la Inteligencia Artificial, que accederá a todas las herramientas antes controladas por una élite educada. Con la Inteligencia Artificial, "Práctica" puede llegar a significar simplemente "escuchar" a nuestra humanidad empoderada, permitiendo que nuestros valores comunes y culturales estén presentes en la arquitectura, en lugar de los valores del "Maestro de Obras" o del "Starchitect".
