¿Qué diferencia una ciudad de una aldea?, ¿cuál es la distinción entre estos dos grupos de edificios y calles, aparentemente similares entre sí?, por qué se reconoce el origen neolítico de la aldea, mientras que la primera semilla de ciudad continua siendo un misterio? Aunque aldea y ciudad puedan considerarse similares, la ciudad posee un elemento único e innovador que la diferencia: la ciudadanía, la civitas.
Mientras que la aldea no pasaba de ser un sistema urbano eficiente para la convivencia de un grupo de personas, la fundación de una ciudad conlleva la institución de una idea muy concreta de sociedad, de un compromiso entre individuos para ordenar el mundo a partir de criterios compartidos.
La civitas es precisamente esa idea de orden social, el cúmulo de tradiciones, leyes, postulados y creencias que dan lugar a la comunidad civil. Por su lado, la urbs es la forma urbana especialmente dedicada a institucionalizar esa idea de sociedad. Fíjese que no se habla aquí de calles ni de casas, sino del momento de la institución, esto es, de la fundación de la ciudad. Como diría Fustel de Coulanges, mientras que la civitas es una herencia inmemorial acumulada a lo largo de los siglos, la urbs se funda en un día. Llenarla de calles, casas, y tiendas es tan sólo una consecuencia.