
El escritor uruguayo Eduardo Galeano escribe en su libro 'Amares' que Oscar Niemeyer pudo hacer poco contra el capitalismo, pero hizo mucho contra el dominio de la línea recta en la arquitectura moderna. Abrió el camino hacia el redescubrimiento de la geometría biomórfica, aprovechando al máximo las posibilidades técnicas y estructurales del hormigón armado, desarrollado posteriormente por Le Corbusier, Tange, Utzon y Saarinen
Niemeyer contribuyó a revolucionar el lenguaje del movimiento moderno mediante el uso de un sistema metodológico multifocal, tan fuerte y creativo que influyó no sólo los maestros de la segunda generación de la modernidad, sino también el lenguaje fluido de Toyo Ito contemporánea, Kazuyo Sejima, Alvaro Siza y Zaha Hadid. La misma Hadid escribió en las páginas del periódico español "El País": "Niemeyer era un virtuoso del espacio. Poseía un talento innato para la sensualidad. (...) Construyó formas líquidas en hormigón armado […]. Tomó de Le Corbusier todo el talento escultórico que la modernidad mantuvo cerrada en una jaula cartesiana”.
Reconocido por la UNESCO como uno de los más fértiles creadores modernos, Niemeyer aparece hoy en día como un importante punto de referencia en las obras de vario arquitectos contemporáneos.