Aldo Facho Dede

Arquitecto-Urbanista por la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI-FAUA), título homologado en Argentina.  Magister en Desarrollo Sustentable por la Universidad de Lanús (UNLA-FLACAM, Argentina). Estudios de Doctorado en la Universidad Politécnica de Cataluña (España). Experiencia profesional en Urbanismo, Planificación Urbana y Arquitectura, desarrollada en las ciudades de Lima-Perú, La Plata-Argentina y Barcelona-España desde 1996 hasta la fecha.  Ha participado en el desarrollo de proyectos y consultorías para Perú, Argentina, España, México y Brasil. Ha ganado concursos de arquitectura y diseño urbano en Perú y Argentina. Es docente universitario y ha sido invitado como conferencista por distintas universidades e instituciones. Es socio de FDARQ Urbanismo + Arquitectura y editor del blog HABITAR.

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La ciudad que nos debemos en Perú

Las ciudades son la síntesis de miles de años de acuerdos, tan frágiles como nosotros, pero a la vez tan maravillosamente adaptables a los cambios. Es por ello que siguen siendo el mejor ecosistema para el desarrollo de nuestras vidas, pues, gracias a la densidad, nos permiten maximizar los beneficios de los equipamientos, servicios y espacios públicos que hemos creado como soporte del bienestar al que aspiramos.

Aparentemente todo ello está hoy en crisis, producto de la pandemia causada por la propagación del covid-19, pero si revisamos nuestra historia encontraremos epidemias mucho más letales que nos dejaron como consecuencia mejoras sustanciales en la forma como vivimos.  

Ciudad ilegal: La necesidad de discutir un modelo distinto para Lima

Según el censo del 2007, el último del que conocemos resultados, cerca del 50% de la población limeña vive en barrios urbano marginales (BUM) [1], los cuales se definen como aquellos núcleos urbanos que presentan niveles de pobreza monetaria, y carecen de servicios de infraestructura y equipamiento (MVCS 2012) [2]. Si bien el gran crecimiento de este tipo de desarrollos se dio entre 1985 y 1995, a la fecha no ha cesado la invasión de tierras del estado, significando, en su conjunto, uno de los principales problemas urbanos y sociales a resolver en nuestras ciudades.    

¿Un terremoto salvará Lima?

Hace algunas semanas vimos desplomarse edificios en la ciudad de Morelos en México, producto de un sismo de grado 7,1. Esa desgracia nos hizo recordar que somos igualmente vulnerables ante este tipo de desastres, y por unos días la prensa buscó en el COEN, INDECI y cuanto experto podía encontrar información sobre la posibilidad de un evento similar en nuestro país, y cómo afectaría nuestras urbes. 

Como era de esperar, se puso en evidencia la gran vulnerabilidad de las ciudades de la costa, en especial Lima, y no tanto por la calidad del suelo, sino por el abrumador porcentaje de viviendas construidas sin ningún tipo de intermediación profesional, y por ende carentes de un diseño sismo resistente que aporte seguridad a sus habitantes.

Chiclayo, la gran plaza del norte

Cuando me preguntan por qué hace más de seis años viajo a dictar clases a Chiclayo, respondo que es porque considero que el futuro de nuestro país está en ciudades como esta, nodos comerciales y de servicios, que articulan la producción de diferentes pueblos y ciudades con los grandes centros de distribución a escala nacional e internacional.

Chiclayo tiene esa particularidad, por ello me refiero siempre a ella como una “gran plaza”, en el sentido de ser un espacio donde se desarrollan con intensidad intercambios de toda índole, sumando como fortaleza el hecho de ser la puerta de entrada y salida a la sierra y selva norte del país. En lugares como los mercados Modelo y Mochoqueque, desbordados de puestos y carretillas, así como en las veredas de la Avenida Balta o a la salida del Real Plaza, vemos ese gran valor aún en bruto que debe ser el principal motor de desarrollo de la ciudad.

Nuevo Museo Nacional de Arqueología del Perú: una oportunidad para el desarrollo del sur de Lima

Hace unas semanas se publicó en El Comercio el artículo “No traben el MUNA”, en defensa del Museo Nacional de Arqueología (MUNA), edificio de más de 75 mil metros cuadrados que se está erigiendo en el distrito de Lurín, frente al Santuario de Pachacamac.

Su construcción, explica el artículo, responde a la necesidad de incrementar la infraestructura destinada a la conservación, investigación y exposición del patrimonio arqueológico de nuestro país.  Asimismo, justifica su ubicación en el hecho que el terreno es propiedad del Ministerio de Cultura, y haber buscado otro predio hubiese implicado engorrosos trámites de transferencia interestatal.  Si bien este puede ser un buen sustento político no lo es desde lo técnico, dado que se espera que acudan cerca de un millón de personas al año y el único acceso es por la antigua Panamericana Sur, con solo un carril por sentido. Es evidente que un equipamiento de dicha magnitud va a alterar el desarrollo del distrito donde está emplazado, y generar impactos sobre las zonas arqueológicas y la población local. 

Lima tiene futuro: reflexiones sobre la ciudad para este 2017

El 18 de enero recordamos un aniversario más de la fundación ibérica de nuestra ciudad, evento oportuno para hacer una pausa y reflexionar sobre su proyección para el año que empezamos, y hacia dos eventos trascendentales, como son los Juegos Panamericanos y el Bicentenario de nuestra Independencia.

En los últimos dos años hemos vivido el enfrentamiento de dos visiones de ciudad: una que ve el futuro desde la mayor eficiencia de los flujos vehiculares particulares, incentivando la urbanización de la periferia como respuesta a la demanda de vivienda, y otra lo mira desde la densificación de la ciudad existente, fortalecimiento del transporte público e incremento de áreas verdes. 

Agenda urbana con miras a las elecciones presidenciales del Perú

“El derecho a la ciudad se manifiesta como forma superior de los derechos: el derecho a la libertad, a la individualización en la socialización, al habitat y al habitar” (Lefevre, 1969). Según el Instituto Nacional de Estadística del Perú más del 70% de los peruanos vivimos en ciudades, de allí que gran parte de las propuestas de los candidatos al sillón presidencial estén relacionadas directa o indirectamente con las mismas.

Para poder aproximarnos a su verdadera magnitud, debemos entender las ciudades como espacios multi-sistémicos en los que suceden con gran intensidad intercambios de toda índole, exacerbándose las virtudes y defectos de la sociedad.