Lograr el mayor aprovechamiento de los espacios, reducir la pisada de las edificaciones que se construyen y diseñar una distribución óptima que pueda suplir las necesidades de sus habitantes resultan ser de los requerimientos y desafíos que afrontan, día tras día, arquitectos y arquitectas alrededor del mundo. A través de la implementación de determinados materiales, la definición de la morfología o mismo las condiciones geográficas y naturales del terreno es posible llevar a cabo diversas estrategias que permitan proyectar viviendas con el confort que sus usuarios necesitan y en la menor cantidad de metros cuadrados posible.
Independientemente del diseño que se adopte para los espacios de las cocinas, desde hace ya algunos años y cada vez con mayor frecuencia son muchos los arquitectos y arquitectas que deciden proyectarlas integrándolas a otros ambientes del hogar. Libres de muros o carpinterías divisorias, las cocinas integradas se implementan con el objetivo de dejar a la vista de todos las actividades que allí se llevan a cabo fomentando la interacción y la comunicación entre los habitantes.
Argentina se posiciona en el extremo sur y sudoeste de América del Sur y dada su extensión, cuenta con una multiplicidad de climas y diferencias en la incidencia de la luz solar. Estas condiciones llevaron a muchos profesionales de la arquitectura a pensar en las pérgolas para generar espacios de transición entre el interior y el exterior de las viviendas que permitan satisfacer las necesidades de sus habitantes creando espacios de sombra, de encuentro y de descanso al aire libre.
Los pequeños vehículos aéreos no tripulados (UAV), comúnmente llamados drones, han habilitado nuevas posibilidades en lo que respecta al registro de las obras construidas. La posibilidad de tomar fotografías aéreas permite dar a conocer cuestiones que, a menudo, son complejas de captar mediante imágenes peatonales. De manera similar a lo que sucede con los dibujos conocidos como “planta de techos”, las fotografías áreas muestran más claramente las decisiones del proyecto respecto a la implantación, la orientación, la tipología, la relación con el entorno inmediato y las construcciones preexistentes, entre otras cuestiones.
A la hora de crear espacios arquitectónicos, numerosos arquitectos y arquitectas coinciden en que no solo es importante, sino también necesario, incorporar luz natural en los interiores, abordando diversas estrategias para regular su cantidad y definir cualidades como su matiz y direccionalidad. A pesar de esto, en proyectos residenciales, donde los requerimientos de privacidad suelen ser mayores que en, por ejemplo, edificios de usos compartidos –oficinas, restaurantes, locales-, a la hora de definir las características de los cerramientos muchos optan por operar con materiales que aseguren grados de protección visual más altos y diluyan el contacto con los exteriores públicos -ya sea mediante la incorporación de elementos opacos, o mediante envolventes y tamices-. Sin embargo, hay algunos materiales que permiten asegurar el ingreso de una gran cantidad de luz natural controlada durante el día, pero sin que ello implique una pérdida de privacidad.
Ofreciendo un alto grado de libertad formal y gracias a sus atractivas capacidades plásticas, el hormigón se posiciona como uno de los materiales más elegidos a lo largo de todo el mundo en el campo de la arquitectura. Particularmente en Argentina, su durabilidad, maleabilidad y resistencia al clima ha fomentado una amplia aceptación de su uso, definiéndose como uno de los recursos constructivos más elegidos a la hora de diseñar y materializar un proyecto -desde museos, hoteles, hospitales y otros edificios de gran escala, hasta pequeñas casas y pabellones-
Construir castillos de arena en la playa: una práctica existente desde tiempos remotos que permite sumergirnos en las profundidades de nuestra imaginación, ideas y sueños. Posiblemente para muchos nuestra primera aproximación a la construcción. El agua y la arena se funden transformándose en espacio, algo más que la suma de las partes. Las fortalezas, puentes y fosas quedaron atrás para algunos, pero apareció otra tipología para construir: la casa.
Compartimos la siguiente selección de casas argentinas construidas sobre médanos y dunas, hechas por arquitectos que convirtieron castillos en casas, arena en hormigón, y sueños en realidad.