La geografía de Irán está definida en gran parte por una meseta central desértica, rodeada por cadenas montañosas. Debido a que la arena, la tierra y las rocas caracterizan el paisaje de Irán, su arquitectura logra un fantástico uso del ladrillo y el adobe.
La mayoría de los edificios de las principales ciudades iraníes, como Teherán e Isfahán, fueron erigidos a partir de métodos similares a la albañilería, tal como pueden ser vistos en otras partes del mundo, pero ciertas construcciones, usualmente aquellas más antiguas, conservan increíbles tesoros geométricos. Y esto no para aquí: la antigua arquitectura iraní suele contener un revestimiento de azulejos sobre las construcciones en ladrillo, creando así maravillosas geometrías.
El arte de crear complejidad con elementos primarios fue dominado con maestría por la arquitectura iraní. En tiempos donde la construcción se ha escondido bajo capas de yeso y madera contrachapada, podemos aprender un montón de la belleza de la geometría estructural de Irán, donde la piel y la estructura son indivisibles.