Advertencia: el presente artículo propone la narrativa según el recorrido desde este al otro lado del muro. Desde lo predecible hasta lo más impredecible. Para situarnos, me permitiré contarlo desde la propia experiencia.
¿Conoces el muro que divide a los ricos de los pobres?, preguntaron tres viajeros griegos; quienes luego de visitar el lado “bonito” de Lima, sospechaban que algo se escondía tras las apariencias. -Pero, ¿cómo es que desde el otro lado del mundo sabían del muro? Claro, las noticias trascienden. Y ¿por qué visitar este muro como algo que hay que ver en nuestra ciudad?, si no es un motivo de orgullo-. Sabía perfectamente de qué hablaban. Ah, lo dije con todas sus letras: el muro de la vergüenza. Ciertamente, tampoco lo conocía in situ, no había salido de mi burbuja urbana, como muchos de los que habitan por estos lares, así que con la misma curiosidad, misma turista de mi propia ciudad, nos enrumbamos…