Hace más de 60 años, Brasilia surgió del interior de Brasil. Desarrollada en una sabana desértica entre 1956 y 1960, la ciudad que reemplazó a Río de Janeiro como capital del país fue una empresa conjunta del urbanista Lúcio Costa y el arquitecto Oscar Niemeyer.
Con su forma alada, Brasilia se ha convertido en un símbolo poderoso, ya que representa una de las encarnaciones más puras de esperanza, esplendor e ingenio en la arquitectura del siglo XX.