Cuando miramos un edificio construido hace algunos años, podemos ver inmediatamente, independiente de su estrato económico, una buena calidad en construcción y calidad de los espacios que va más alla de su forma, detalles u ornamentación.
Valores como una altura no inferior a los 2.80 metros, el uso de materiales nobles como piedra, madera o albañilería, un espesor de muros superior a los 25 – 30 cms. o sistemas de madera para puertas y ventanas, son los comunes denominadores que parecen desaparecer en la gran mayoría de las construcciones actuales, donde la aparición de nuevos materiales artificiales, la perdida de la calidad de la mano de obra, una exagerada búsqueda de lo barato y la construcción en los mínimos tiempos parecen ser los nuevos reemplazantes.