Desde el icónico vuelo pionero de Yuri Gagarin en 1961, solo 565 seres humanos han tenido el privilegio de viajar al espacio. Esta aventura extrema requiere un alto grado de entrega, una extraordinaria preparación física e intelectual y grandes inversiones. La exploración espacial tiene el potencial de beneficiar a la humanidad de muchas maneras, especialmente en lo que respecta al desarrollo de nuevas tecnologías y la generación de conocimiento científico. Muchas de estas tecnologías ya están disponibles para el público, como el GPS, los filtros de agua o los tejidos de alta resistencia. Pero aunque a menudo imaginamos a los astronautas flotando en el espacio y observando la Tierra desde un punto de vista único, muchos de ellos enfrentan la dificultad de dormir y descansar en el espacio debido a la falta de luz natural. Es este problema lo que motivó a un grupo de jóvenes arquitectos daneses a desarrollar una solución para mejorar la vida diaria de los astronautas en el espacio, pero también de muchas personas en el planeta Tierra que sufren el mismo problema.
La falta de luz natural en el espacio es una razón clave del insomnio espacial, que se asocia con un deterioro significativo del rendimiento. La sensación de encierro, los ruidos de los sistemas mecánicos y los efectos psicológicos del aislamiento también contribuyen al insomnio. Un estudio de Harvard de 2014 analizó los patrones de sueño de 85 astronautas y descubrió que los ocupantes de la ISS (Estación Espacial Internacional) duermen un promedio de seis horas por noche, mucho menos que las ocho horas y media que prescribe la NASA. El informe también mostró que el 75% de los astronautas usaron medicamentos para dormir durante su estadía en la ISS, lo que potencialmente perjudicó su desempeño, según los investigadores.
Cuando el cuerpo no está expuesto a la luz natural durante el día, deja de producir ciertas hormonas que inducen el sueño y favorecen la recuperación adecuada. Aquí es precisamente donde entra en juego el proyecto desarrollado por SAGA Space Architects, en colaboración con la Agencia Espacial Europea y el Ministerio de Educación Superior de Dinamarca. Circadian Light utiliza siete tipos diferentes de LED para emitir un espectro de luz cuidadosamente personalizado con el fin de estimular artificialmente un ritmo circadiano lo más cercano posible al ritmo natural. La lámpara tiene tres caras que emiten luz en diferentes ángulos, cada una con diferentes longitudes de onda que promueven el estado de alerta o inducen somnolencia, según la hora del día, y están programadas para ajustar automáticamente la luz para adaptarse al horario de sueño planificado del astronauta. Esto se hace mediante el uso meticuloso de diferentes tonos de color para simular un amanecer intenso, una luz diurna variada y una puesta de sol relajante, asegurando que estén alerta durante el día y descansados por la noche.
El astronauta y piloto de la tripulación de la Agencia Espacial Europea (ESA), Andreas Mogensen, probará el sistema de iluminación en la misión Huginn al permanecer a bordo de la ISS durante seis meses para evaluar qué tan bien el sistema puede combatir el desafiante entorno de sueño de la estación espacial. Sin embargo, antes de eso, los dos fundadores de SAGA probaron el prototipo en el norte de Groenlandia durante 90 días. Hablamos con Sebastian Aristotelis, uno de los cofundadores:
Uno de los grandes elementos que damos por sentado aquí en la Tierra es el cambio de clima y estaciones. Los astronautas no tienen eso. Viven en un ambiente monótono y carecen de estimulación crucial.
"Entonces, durante los últimos 4,5 años, hemos estado trabajando para llevar esa variedad de estimulación a nuestros conceptos de hábitat espacial. Hace dos años, completamos un prototipo de hábitat lunar que probamos en el norte de Groenlandia, donde mi cofundador y yo vivimos durante 2 meses en total aislamiento. Para este hábitat, sabíamos que necesitábamos crear una forma de simular el cambio de luz del día, por lo que creamos la primera versión del panel de luz circadiana. Después de probarlo en nuestros propios cuerpos, sabíamos cómo la luz impactante puede ser para nuestro bienestar".
Sin embargo, instalar un prototipo en el área tan disputada de una estación espacial no es una tarea sencilla: "El principal desafío es la seguridad de los astronautas. El espacio es muy peligroso y las fallas en los equipos pueden ser fatales. La ESA y la NASA tienen las normas más estrictas de seguridad y requisitos de documentación en el mundo. El desafío es mantener la visión y la funcionalidad de las lámparas sin dejar de cumplir con todos los requisitos".
La idea es que después de que Circadian Light pase la prueba de fuego en el espacio, SAGA utilizará los datos para desarrollar un dispositivo destinado a los humanos en la Tierra. Centrado en regiones polares y ciudades densamente pobladas donde la luz natural es errática y la falta de sincronía circadiana es común, el objetivo es abordar el insomnio que se ha convertido en un problema de salud contemporáneo cada vez más común. "Estamos trabajando en el desarrollo de una versión de nuestra lámpara para usar en la Tierra. Hay muchos lugares que pueden beneficiarse de la tecnología de luz que hemos desarrollado; no es necesario estar en el espacio para obtener los beneficios de la luz. Los seres humanos de todo el mundo pasan cada vez más tiempo en interiores sin suficiente iluminación".
Si pasáramos más tiempo expuestos a la luz solar natural, especialmente al comienzo del día, no haría falta nuestra lámpara, pero desafortunadamente esa no parece ser la tendencia. Estamos diseñando nuestra lámpara para la Tierra ahora y es muy difícil ya que tenemos la tecnología, pero necesitamos que sea asequible. El producto final debería ayudarnos a conciliar el sueño más rápido y mejorar la calidad general del sueño, mientras funciona como una luz de trabajo regular durante todo el día. Yo mismo quiero una lámpara en mi departamento y en todas las casas de mis amigos y familiares porque sé lo poderosa que es. ¡Este es el principal impulsor en estos días!
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