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Arquitectos: Studio ACTE
- Área: 20 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Stijn Bollaert
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El pabellón está situado en el jardín de la Fundación Iona, en pleno centro histórico de Ámsterdam. Situado junto a un árbol centenario, la estructura ofrece diversos usos a lo largo de las estaciones. La transparencia y la materialidad permiten un diálogo entre el interior y el exterior, ofreciendo un espacio conectado con los árboles en el corazón del patio.
La madera oscurecida recuerda la materialidad de la fachada de ladrillo de la casa principal, con las columnas de madera inspiradas en la morfología de las ramas que se alzan en los históricos jardines del canal. Esta estructura se compone de un conjunto de materiales reutilizados de origen local y ensamblados in situ en un eficiente modo de prefabricación. La dimensión colectiva reside en el proceso de autoconstrucción dirigido por el estudio ACTE y el diálogo permanente con la Fundación.
El potencial de reutilización de materiales en el contexto urbano. Identificar y seleccionar los elementos reutilizables es esencial para determinar el tamaño, la materialidad y las condiciones de ejecución del proyecto. Durante la fase de diseño, la estructura se concibe en primer lugar como un conjunto en el que los detalles y los rellenos siguen siendo flexibles y sustituibles para adaptarse a la disponibilidad de recursos.
Al mismo tiempo, la búsqueda de materiales reutilizables de origen local a un coste asequible define el proyecto. Un método de montaje en seco, basado en el principio de atornillar y empotrar, ofrece un ciclo de vida controlado de los elementos. Estos materiales, todos ellos fruto de la deconstrucción, cuentan la historia de la recolección urbana de materiales sin valor, revelando su potencial dentro de esta construcción.
Esta estructura vernácula incluye cimientos secos provisionales y un entramado de vigas y suelo que descansa sobre piedras naturales reutilizadas y bloques de cemento. El suelo está concebido como una continuidad entre el interior y el exterior, la terraza se abre al jardín y da cobijo a los usos. En el corazón del pabellón, un suelo semipulido de tierra cruda (reutilizado del Pabellón Circular) acoge un espacio de trabajo para los usuarios de la Fundación Iona.
Toda la estructura y el suelo de madera, recogidos en el puerto de Rotterdam, están hechos con viejos pilotes de amarre (basralocus), hitos del pasado colonial y de la explotación de los bosques de Surinam y Guyana. Los paneles acrílicos proceden de granjas desmanteladas, mientras que los de madera proceden del suelo de una antigua discoteca. El contrachapado procede de existencias de madera con daños superficiales, y el viejo barril de vino de roble se encontró en un depósito de jardinería holandés.