Terremotos, tsunamis, aluviones e incendios han sido algunas de las catástrofes naturales que ha vivido Chile a lo largo de su historia. Cada 5 de noviembre se celebra el Día de Concientización sobre los Tsunamis declarado por la ONU, con el objetivo de promover una cultura mundial en torno a esta temática. Luego del pasado 27F en 2010, Chile ha tenido que maximizar sus esfuerzos por perfeccionar su normativa de manejo de emergencias, de construcción, agilizar planes de reconstrucción y poner énfasis en la planificación estratégica de sus ciudades, considerando la gran cantidad de asentamientos urbanos costeros que posee el país. Esto abrió nuevas posibilidades para los bordes costeros, a continuación, te invitamos reflexionar sobre el futuro de la imagen urbana de las costas chilenas a través del ejemplo que dio la ciudad de Constitución.
Los desastres no son naturales, sino que son el resultado de las omisiones y la falta de prevención y planificación ante los fenómenos de la naturaleza. - Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR).
El Parque Fluvial de Constitución, uno de los proyectos pioneros después del 27F, se desarrolló en el marco del PRES por la reconocida oficina de arquitectura ELEMENTAL. Actualmente, el parque de 13 há, cuenta con un paseo peatonal, una laguna de acumulación de aguas lluvias; y lo más importante el bosque de mitigación, una masa arbórea que funciona como barrera de contención disipando la fuerza del agua ante un tsunami. Las operaciones de diseño adquieren una doble funcionalidad, logrando proteger a la ciudad y sus habitantes, al mismo tiempo, le devuelve a la ciudad el acceso al río a través de un espacio público donde convergen programas de infraestructura, recreacionales, deportivos y comerciales.
Los bosques juegan un importante papel en el mantenimiento del equilibrio ecológico, siendo al mismo tiempo un elemento clave en el paisaje, prestan diversos servicios protectores para la sociedad, considerando en general la inadecuada ubicación de actividades humanas y la erosión de suelos que esto conlleva, los bosques proporcionan un escenario más armónico con el paisaje, mejora las interrelaciones con otros sistemas ecológicos, favorecen la biodiversidad, crean corredores de hábitat para la fauna y pueden ser utilizados para actividades de conservación y desarrollo del ecoturismo. - Constanza López, Arquitecta Paisajista del proyecto y fundadora de Conyfera.
Los proyectos de mitigación ante tsunamis impulsados por MINVU en los últimos años han aplicado acciones de diseño urbano similares a las que se realizaron en Constitución, espacios públicos amortiguadores en conjunto a un plan maestro que incluya un plan de evacuación y que, dentro de su proceso de planificación conlleve participación ciudadana. Pero ¿son estas operaciones viables en todas las urbanizaciones costeras de Chile? Al parecer, reconocer las desventajas y ventajas del territorio parece fundamental para llevar a cabo este tipo de proyectos.
No hay una formula única, esto es muy importante, cada costa es especifica desde el punto de vista de un tsunami, por lo tanto, no es que todas las costas de Chile debiesen tener un bosque hacia el mar. - Juan Ignacio Cerda, Arquitecto socio fundador de ELEMENTAL CHILE.
Tuvimos la oportunidad de conversar con Juan Ignacio Cerda, socio fundador de ELEMENTAL y jefe de proyecto del Parque Fluvial de Constitución, quien nos cuenta como fue el proceso de diseño y cuáles son las variables para desarrollar un proyecto de esta índole. Primero es importante entender la situación singular del lugar, en el caso de Constitución, la falla donde se producen los eventos sísmicos está alejada de la costa y a mucha profundidad. Los estudios realizados, a través de una simulación del evento sísmico, indicaron que la primera ola llegaría en 20 minutos, lo que permitiría evacuar hacia los cerros caminando. Esta relación de tiempo no es estándar, varía según el territorio: existen lugares donde la ola llegaría en 2 o 5 minutos, en esos casos la evacuación debiese ser vertical. Entonces, para hacer un proyecto de protección urbana responsable, primero se debe realizar un mareograma y medición de riesgo al que está expuesto el territorio en cuestión. Aquella medición es especifica no genérica, luego de eso se puede seleccionar el mecanismo de protección, según indica el arquitecto.
En segundo lugar, explica que el foco es la protección de la vida de las personas, entendiendo los fenómenos naturales y la geografía del lugar, es importante considerar cuanto puede caminar una persona en cierto trayecto, en el caso de Constitución, el equipo realizó un plan de evacuación ya que la zona alta de la ciudad estaba 25 metros sobre el nivel del mar y en esos 25 metros la persona ya se encontraba segura, pudiendo acceder antes de que llegase la ola.
El tercer punto lo enfoca en la mitigación y resiliencia urbana, refiriéndose a como la ciudad se protege a sí misma ante un daño, en este caso, el parque funciona como zona 0; donde no se puede edificar nada residencial y está destinado a un espacio público de protección. La ola de Constitución proviene desde el oeste, entonces el parque se emplaza de forma tangencial a la trayectoria de la ola, protegiendo la ciudad desde la ribera del rio, ya que a través del río es el escenario perfecto para que ingrese el tsunami al territorio, el cerro Mutrún es la protección natural hacia el mar.
Finalmente, nos comenta, como deben ser las cualidades del bosque y del suelo del parque. Para ello realizaron un estudio empírico junto a Marcelo Lagos, sobre como la Isla Orrego y su bosque habían mitigado el impacto de la ola, definiendo así un coeficiente de fricción. Este coeficiente fue el indicador para definir el bosque, su densidad, especies y la forma del suelo del parque, el cual posee lomajes para friccionar el terreno. Por otra parte, el bosque se diseñó en base al bosque maulino, el cual crece bajo sombra. Entonces, primero se realiza un bosque primario o nodriza, que es el que está creciendo actualmente, y construye la estructura que cobijara al bosque maulino el cual posee la resistencia necesaria ante un tsunami.
Es clave entender que Chile necesita una política ADN Anti-Tsunami, tuvimos un excelente desempeño en terremoto gracias a la normativa que se creó después del terremoto de 1985, pero en tsunamis no hay leyes. Los bosques y sistemas de mitigación no son para todas las zonas de Chile, indica Juan Ignacio, haciendo énfasis en la extensión y condiciones climáticas e hídricas del territorio chileno. Para ser técnicamente responsables ante esta temática se debiese realizar un estudio de tsunami de las zonas pobladas costeras, solo así, se podría responder de forma óptima ante un evento de la naturaleza y a la vez ser coherente con el paisaje costero de carácter urbano y el territorio.
