Este octubre de 2022, el Museo Guggenheim de Bilbao celebra su 25º aniversario. Situado a orillas del río Nervión en el País Vasco, España, el Guggenheim, diseñado por Frank Gehry, impulsó la economía de la ciudad con su asombroso éxito y cambió el papel del museo en el desarrollo de la ciudad. Veinticinco años después, el Efecto Bilbao continúa desafiando los supuestos sobre las transformaciones urbanas e inspira la construcción de piezas arquitectónicas icónicas que elevan el estatus de las ciudades, atrayendo a inversores y visitantes.
Gehry Partners transformó Bilbao, haciéndola pasar de ser de una pequeña ciudad con edificios vascos tradicionales del tipo baserri a ser un ícono mundial que atrae a 1,2 millones de visitantes al año. En 1991, las instituciones públicas regionales estuvieron de acuerdo con el ambicioso plan del Guggenheim Bilbao, que transformaría la costa industrial de la ciudad. El proyecto atraería a más visitantes y cambiaría la percepción general de Bilbao, que la asociaba con una zona industrial abandonada o con un bastión de la organización separatista vasca ETA.
La transformación de Bilbao no fue únicamente resultado de la construcción de un edificio. Después del auge del Guggenheim, la ciudad buscó a otros arquitectos estrella para modernizarse. Norman Forster construyó toda una línea de metro, Álvaro Siza diseñó un edificio universitario y una terminal aeroportuaria, y Santiago Calatrava dejó su huella con el puente peatonal "Zubizuri", ubicado cerca del museo. Siguió luego una serie de hoteles, tiendas y restaurantes, que renovó la ciudad pero que al mismo tiempo segregó barrios.
Así, ciudades de todo el mundo vieron su potencial para crear su propio "Bilbao", alineado con la Celebración del Milenio. El London Eye de Marks Barfield Architects se abrió al público en el 2000 y ahora es una de las atracciones turísticas más populares de Londres. Al igual que en Bilbao, “el Ojo es un símbolo que permite a la gente interactuar con la ciudad. No solo especialistas o gente pudiente, sino todos los ciudadanos. Eso es lo bonito: es público y accesible”, apunta Richard Rogers. Otro ejemplo son algunas ciudades del medio oeste de Estados Unidos, donde edificios de Calatrava y de Zaha Hadid han contribuido significativamente con su desarrollo económico. De hecho, el impacto del arquitecto español en Milwaukee llevó al alcalde de la ciudad a declarar al 16 de septiembre como el "Día de Santiago Calatrava", para conmemorar la inauguración del Pabellón Quadracci en 2002. Manchester ha atravesado un proceso de reinvención a través de una serie de desarrollos emblemáticos, también diseñados por arquitectos estrella: Calatrava, Libeskind y Koolhaas. Por su lado, el museo de diseño V&A Dundee de Kengo Kuma ha manifestado también el fenómeno al atraer empresas y minoristas interesados en invertir y transformar la ciudad.
El Museo Guggenheim Bilbao también ha influido en el proceso arquitectónico. El edificio curvo y angular revestido de titanio y la introducción de la tecnología digital CATIA fue un cambio profundo que introdujo una arquitectura sin precedentes en la década de 2000: lo siguieron así el Estadio Nacional de Beijing de Herzog & Meuron, el Museo Judío de Daniel Libeskind en Berlín y Centro Heydar Aliyev en Bakú, Azerbaiyán, de Zaha Hadid.
El efecto Bilbao ha sido fundamental para la economía de muchas ciudades medianas y ha fomentado el talento emergente en todo el mundo, aunque algunos estudios señalaron que las entidades urbanas deberían ser más escépticas ante nuevos centros culturales y expansiones, y que el desarrollo urbano no es un proceso socio-económico predecible, sino un ejercicio cíclico continuo.