El arquitecto venezolano José Fructoso Vivas, más conocido como Fruto Vivas, tuvo su muerte el pasado 23 de agosto en la ciudad de Caracas, Venezuela.
Reconocido por su diseño de vivienda social Árbol para Vivir, el Club Táchira, la Iglesia Divino Redentor y la más reciente obra del Mausoleo de los Cuatro Elementos donde se encuentran los restos de Hugo Chávez, Vivas ha tenido siempre como objetivo integrar más la vida del hombre a la naturaleza y como arquitecto maximizar la felicidad del hombre.
"La gran tarea que tenemos como arquitectos profesionales es estar al servicio de los que más lo necesitan. Yo quiero llamar la atención de mis colegas, la arquitectura no puede servir para enriquecernos, sino para darle felicidad al pueblo".
En perspectiva: Fruto Vivas
por Begoña Uribe
Nacido en Táchira, es uno de los arquitectos más reconocidos a nivel nacional e internacional de Venezuela, no sólo por sus proyectos construidos, sino también por su labor crítica y docente, llegando incluso a formar parte del Partido Comunista de Venezuela. En 1987 fue galardonado con el Premio Nacional de Arquitectura de Venezuela y en el 2014 se le premió con el Premio Iberoamericano de Arquitectura por acercarse a "una arquitectura y un urbanismo orientados a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos".
Vivas se graduó el año 1956 de arquitecto en la Universidad Central de Venezuela, y el año 1963 fue el constructor de una fábrica de armas llamada "El Garabato", además de haber sido el encargado de realizar las casas seguras y los refugios de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) y del Partido de la Revolución Venezolana (PRV).
Habiendo trabajado junto al arquitecto brasilero Oscar Niemeyer para el Museo de Arte Moderno de Caracas y junto al español Eduardo Torroja para el Club Táchira, construyó el segundo pabellón más visitado, luego del Pabellón de Alemania, para la Exposición Universal de Hannover 2000, tras diseñar una flor sobredimensional de 18 metros de altura, sobresaliendo del edificio.
Obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura en 1987 y ha sido nombrado profesor honorario de las Universidades de Los Andes, Centro Occidental Lisandro Alvarado, Santo Domingo, Veracruz y Cuzco. Teniendo siempre en mente su deuda con la arquitectura, "yo siempre digo que tengo un sólo proyecto: la unidad de la arquitectura con la naturaleza."