Los Premios Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción celebraron su quinta edición y, recientemente, se dieron a conocer los ganadores de la misma. Estos premios son unos galardones que se conceden en España, cada año, a los más destacados maestros de los distintos oficios de la construcción tradicional, con el objetivo de contribuir a su preservación y continuación, y de fomentar la excelencia en este ámbito. La iniciativa es impulsada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y el INTBAU (International Network for Traditional Building, Architecture and Urbanism), con la colaboración de la Fundación Ekaba, el Ministerio de Cultura y Deporte y el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España. Los oficios que compiten se agrupan en cuatro categorías: albañilería y cantería; artes de la madera; acabados y otros trabajos de la construcción tradicional; y por último trabajos del metal y del vidrio.
En esta edición se recibieron 45 candidaturas que fueron evaluadas por un jurado internacional y se adjudicó un total de 40.000€ en premios, distribuidos igualitariamente entre las cuatro categorías mencionadas -quienes recibieron también una placa conmemorativa-, además de la Beca Donald Gray de las Artes de la Construcción 2022, que consiste en un monto de 26.000€ destinados a la formación de un aprendiz durante un año.
El jurado estuvo compuesto por un grupo de profesionales de reconocido prestigio en el campo de la defensa de la arquitectura y de los oficios de construcción tradicionales, y en el mismo estuvieron representadas las distintas instituciones que colaboran en esta iniciativa: Elena Agromayor Navarrete, Álvaro Fernández-Villaverde y de Silva, María Ángeles Fernández Hernando, Leopoldo Gil Cornet, Rafael Manzano Martos, José María Pérez González (Peridis), Luis Prieto Prieto, María Pía Timon Tiemblo y Harriet Wennberg. Alejandro García Hermida presidió este jurado sin derecho a voto, salvo en caso de empate.
Tras la entrega de los premios, se inaugurará en CentroCentro, espacio cultural ubicado en el Palacio de Cibeles, la exposición Arquitectura Atemporal 2022, una muestra comisariada por Alejandro García Hermida. Allí se exhibirán tanto los trabajos premiados en el Concurso de Arquitectura, así como los Premios Richard H. Driehaus de las Artes de la Construcción 2022. Las obras exhibidas mostrarán cómo hoy podemos aún crear edificios, ciudades o lugares tan bellos, duraderos y sostenibles como los realizados por las generaciones que nos precedieron.
Trabajos de albañilería y cantería: Jesús Adeva
En la primera categoría “albañilería y cantería” el galardonado fue el maestro de obra toledano Jesús Adeva, perteneciente a la tercera generación de una familia de maestros albañiles, junto con su hermano, Javier Adeva. Su primer maestro fue su padre, quien lo introdujo en este mundo cuando era pequeño y le enseñó a trabajar con rigor y respeto por la tradición local. Inicialmente solo le ayudaba en sus ratos libres, pero poco a poco empezó a introducirse en el oficio. Hizo cursos en toda España pero terminó interesándose especialmente por lo local. Así, los trabajos realizados en el rico patrimonio construido toledano fueron para él su mayor fuente de formación en términos de materiales y técnicas de construcción tradicionales, porque para aprender, afirma el albañil, “a la materia hay que tocarla”.
Artes de la madera: Agustín Castellanos y Ricardo Cambas
En la segunda categoría “artes de la madera”, fueron premiados Agustín Castellanos y Ricardo Cambas, dos maestros carpinteros de León especializados en la conocida como carpintería de armar o de lo blanco y en la carpintería de lazo. Ambos desarrollan una intensa labor de formación en los oficios de carpintería y ebanistería como profesores del Centro de los Oficios de León y de muchas otras instituciones españolas. Así, han formado ya a varias generaciones de carpinteros y han mantenido vivo el conocimiento de un oficio fundamental. Su labor docente y de investigación ha permitido recuperar las armaduras de cubierta de edificios históricos muy dañados o en riesgo de ruina, como el Palacio de Canedo, la iglesia y la ermita de San Bernardino de Robledo de Losada, la ermita de Villaverde de Arriba o la iglesia de Valcabado del Páramo.
Acabados y otros trabajos de la construcción tradicional: Fernando Malo
En la tercera categoría “acabados y otros trabajos de la construcción tradicional” se galardonó a Fernando Malo, maestro ceramista desde hace más de cuarenta años y habitante de un pequeño pueblo llamado San Mateo de Gállego, cerca de la ciudad de Zaragoza. Se formó en la Escola Massana, en Barcelona, y está particularmente interesado por la colaboración entre oficios: entiende al edificio como un todo compuesto por pequeñas obras de artesanos diferentes. Durante su larga trayectoria ha participado en la restauración y recuperación de los elementos cerámicos de importantes monumentos aragoneses, incluida la Alhambra de Granada. En sus intervenciones toma como referencia los modelos históricos conservados en los arrimaderos, zócalos, suelos, torres y fachadas de los edificios para realizar réplicas perfectas. Estas han permitido restituir y recuperar el esplendor de algunos de los conjuntos cerámicos más importantes de la arquitectura mudéjar aragonesa. Malo afirma que la cerámica debe integrarse en el espacio y no ser tomada como una mera decoración.
Trabajos del metal y del vidrio: Ramón Recuero
En la cuarta y última categoría “trabajos del metal y del vidrio”, fue premiado el maestro herrero Ramón Recuero. Su taller, en Las Vegas de San Antonio, un pequeño pueblo de la provincia de Toledo, se convirtió, a través del tiempo, en una escuela de herreros en la que se imparte una gran cantidad de cursos durante todo el año. Son varias ya las generaciones de herreros que se han formado o especializado tomando estos cursos. Recuero comenzó a introducirse en el oficio desde muy pequeño, metiéndose en la Escuela de Arte de Toledo por las tardes, cuando salía del colegio y, de mayor, se dio cuenta de que la herrería era lo que realmente le gustaba, abandonando así la carrera de agronomía para poder dedicarse de lleno a su pasión. Uno de sus principales objetivos siempre fue el de recuperar las técnicas tradicionales del oficio y con este fin comenzó, hace más de diez años, a grabar breves tutoriales que subía a un por entonces desconocido canal de Youtube, que luego se volvió viral, llegando a tener casi 100.000 suscriptores alrededor del mundo.
