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Arquitectos: Eoghan Lewis Architects
- Año: 2021
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Fotografías:Keith Saunders
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Proveedores: Autex, Bowral, Fielders Nailstrip
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Ayuntamiento de Blacktown nos adjudicó este proyecto. Las instrucciones pedían un club de cricket sólido y un volumen que también pudiera servir al parque y a la comunidad en general. Nuestro presupuesto era limitado, el proceso llevaba mucho tiempo y las opciones de ubicación eran escasas debido a las tuberías de aguas pluviales y de alcantarillado. Las funciones se distribuyeron entre dos pabellones adyacentes, el mayor de los cuales albergaba una sala de eventos, una cafetería y baños, y el más pequeño, la "casa principal", los vestuarios y el almacén. Los volúmenes están uno al lado del otro, definiendo un espacio intermedio.
Por nuestra propia experiencia, era importante para nosotros que los volúmenes tuvieran una calidad escultórica y que dialogaran entre sí, pero también que se enfrentaran. En este sentido, nos esforzamos por resolver los sistemas mecánicos de forma invisible, la mampostería disimulando, protegiendo y ventilando los servicios. Las formas de la cubierta actúan como marcadores programáticos y significantes poéticos de lo que hay dentro, cada espacio encuentra su propia expresión en respuesta al uso, la ventilación, la iluminación y la escala. Las "chimeneas" permiten que los vestuarios respiren y que entre la luz del sol, creando espacios internos sorprendentes. La relación entre los volúmenes se convierte en un contrapunto, un juego que se prolonga materialmente en el contraste de patrones y acabados de la mampostería.
Una plataforma elevada atraviesa el paisaje, conectando el volumen a la vez que crea unas gradas informales. Arriba, una terraza generosamente cubierta maximiza las posibilidades funcionales del club de críquet, actuando como estructura para que los espectadores vean un partido y proporcionando a la comunidad un espacio para reunirse. El volumen se organizó pensando en la flexibilidad, para que el ayuntamiento y la comunidad puedan acceder a los distintos componentes del edificio de forma independiente, según las necesidades. El exterior debía ser tan resistente e inflexible como un par de botas viejas, por lo que las pantallas de seguridad, un requisito del cliente, se integraron cuidadosamente y pueden bajarse cuando sea necesario.
Se eligió el ladrillo por su familiaridad contextual, pero también por sus cualidades poéticas y su solidez. Al dejar al descubierto la cara rugosa de los ladrillos cortados, añadimos textura y patrón. Los rojos y naranjas del ladrillo -donde la arcilla está sometida a una temperatura más baja- añaden calidez. De este modo, la decoración del volumen está implícita en su materialidad y en la lógica de la mampostería flamenca. Esperamos que tenga un buen rendimiento, que se mantenga en pie y que sea acogido por el críquet y por la comunidad en general. También esperamos que parezca local y familiar, pero un poco extraño y exótico al mismo tiempo.