"La ciudad es conflicto, así como la sociedad es conflicto, pero qué conflictos se conforman y expresan en cada ciudad habla de cómo es cada una", dice la especialista en antropología urbana María Cristina Cravino cuando se refiere al derecho a la ciudad en América Latina. En un contexto creciente de ciudades con procesos de gentrificación, donde los altos precios de suelo y vivienda expulsan a los residentes populares, el nuevo Barrio Maestranza Ukamau propone un interesante ejemplo que tiene mucho para contar sobre posibles caminos para el acceso a la vivienda de interés público en Santiago de Chile.
El proyecto ubicado en los terrenos de la antigua Maestranza de Ferrocarriles San Eugenio, al centro, entre las calles Santiago Watt y Exposición de la comuna Estación Central, no sólo fue diseñado por el arquitecto Fernando Castillo Velasco en sus últimos años de vida y continuado por su hijo Cristián Castillo junto a Elías Becerra y Pamela González, sino por la comunidad de familias organizada en las asambleas del Movimiento Social y Popular Ukamau, donde deliberaron y discutieron paso a paso sus próximas viviendas. Son casi 3 hectáreas de superficie, 424 departamentos.
Arturo, un vecino del Barrio Maestranza Ukamau, me habla mientras recorremos el primer bloque tipo vivienda social junto a su caniche. Varios lo conocen y saludan al pasar. Me comenta que la iniciativa fue llevada por un grupo de antiguos habitantes de la comuna, que durante décadas vivieron difíciles condiciones, en tomas de terrenos o en hacinamiento. Después de un proceso de cerca de 10 años, donde estas familias se organizaron para encontrar un terreno y se reunieron periódicamente para aportar sus ideas, experiencia y conocimientos, el pasado noviembre de 2020 finalmente se inauguró la obra. En sus pasarelas y patios, el edificio está lleno de vida, ocupado por sillas y mesitas donde pasar la tarde. Arturo me dice que dejo las terminaciones del interior del departamento tal y como fue entregado. Dice orgulloso que ahora este conjunto ganó el Premio al Aporte Urbano como mejor proyecto de intervención social.
"Este es un proyecto de 427 arquitectos”, dice el arquitecto a cargo Cristián Castillo para La Tercera, refiriéndose a las 424 familias y a los tres arquitectos que participaron. Realizando reuniones tres días a la semana, lograron escucharlos a todos y anotar cada opinión, comentario y crítica. “Esto logró que las familias se empoderaran del proyecto, porque lo que hicimos fue dibujar sus sueños, interpretando lo que entendían como una vivienda”. El resultado final, la obra se estructura en plazas públicas junto a un sistema de circulación continuo que mira hacia el interior, buscando un vinculo permanente entre las familias. Privilegia la calidad de vida y la construcción de comunidad por sobre el cumplimiento de estándares mínimos de vivienda social.
El proyecto valió también la atención del premiado arquitecto Alejandro Aravena y en una visita al barrio comenta: "Hay un valor enorme en poder pasar del papel, de la teoría, a la práctica. Hay mucho conocimiento acumulado. No me cabe ninguna duda de que todo lo bueno que se ha hecho aquí va a ser aplicado en los próximos proyectos".
"Un ejemplo en la democratización de la ciudad, una victoria de la organización y lucha popular", comenta Ukamau - la organización que lucha por este derecho a la vivienda, a la construcción de barrio como unidad social indispensable, por el derecho a la ciudad como una necesidad básica y por el derecho humano inalienable a una vida buena para las familias de Chile.