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Arquitectos: Álvaro Siza Vieira
- Área: 92 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Miljenko Bernfest, Damir Fabijanić
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Proveedores: Saint-Gobain, Carvalho Baptista & C, Dorma, Duravit, Roca, SOLFA, Vola
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El 9 de mayo de 2009 tuvo lugar un evento cultural de primer nivel en Zagreb, Croacia: Kenneth Frampton inauguró una exposición de dibujos de Álvaro Siza.
La Galería de Arte no era lo suficientemente grande para acoger a todos los interesados -en ese momento se exponían dibujos en los que Siza buscaba la expresión final para la capilla. Doce años más tarde, la capilla fue finalmente ejecutada para el cliente, en un paisaje de Hrvatsko Zagorje, dentro del parque de un castillo - el castillo barroco de Miljana.
En la ladera de la parte más alta de la propiedad se construyó un volumen monolítico, casi completamente cerrado, revestido de losas de piedra caliza. Esta proximidad al entorno indica la introversión ascética de la capilla. Sin embargo, el arquitecto diseñó una zona de transición entre lo natural y lo artificial en forma de terraza -una piazzetta- con vistas a la región montañosa de Zagorje y a las cordilleras azules del fondo. De este modo, se siente la transición a otro mundo: el mundo de la meditación y la espiritualidad. El propio edificio está marcado por la dualidad de su materialidad: los contornos exteriores son de piedra, un material natural, y la piel interior de hormigón. En términos de reducción a lo más elemental, la técnica de ejecución del hormigón visto ha determinado la imagen del interior. La única "decoración" es el encofrado del marco y los huecos para su fijación. La pureza del planteamiento del autor quizá nos recuerde a los primeros edificios de la iglesia cristiana; en términos de tradición, el pasado es inmanente al presente. Está claro que no hay duda de la modernidad e incluso de la actualidad de este diseño minimalista.
La luz natural sólo entra por una abertura muy baja dispuesta horizontalmente detrás del altar, por lo que la luz artificial desempeña un papel importante. Siza lo diseñó para permitir al visitante orientarse, pero sobre todo para crear definitivamente un espacio muy especial, recogido, pero también ciertamente estimulante. En este sentido, el pensamiento de Walter Benjamin sobre el arte como medio cognitivo podría aplicarse a la Capilla Miljana.
El arquitecto diseñó todo el equipamiento de la iglesia de acuerdo con las ideas de la capilla, de forma precisa y coherente, sin nada superfluo ni con la intención de agradar. El elemento dominante es, sin duda, la cruz de madera, cuya forma evoca una asociación con el Cristo crucificado, recordándonos la cruz de la famosa iglesia de Santa María en Marco de Canavezes, una de las primeras obras más importantes de Siza.
Al igual que en este edificio sagrado, en la Capilla Miljana también hay dos escalas: la del hombre como individuo y la del mundo. La estructura de hormigón dividida junto al portal de entrada simboliza la escala humana, al mismo tiempo que el alero, la hornacina y el banco. Esto permite una entrada protegida al espacio de 8 metros de altura que, gracias a la dirección de la luz artificial, no parece definitivo. Con su poética totalmente personal, Álvaro Siza ha creado en Miljana un espacio sagrado tan individual como universal.