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Arquitectos: BBOA - Balparda Brunel Oficina de Arquitectura
- Área: 550 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Javier Agustín Rojas
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Proveedores: AutoDesk, Balcarce 54, CHAR Amoblamientos, Chaos Group, HIPERMAT, IVANAR, MARMOLERIA MARRONE, Rhino, Ricci, Trimble
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El siguiente proyecto tiene lugar en el barrio Pichincha, ubicado en el primer anillo perimetral contiguo al centro de la ciudad de Rosario, Argentina. El barrio cuenta con una larga historia de actividad nocturna y ocio, devenida de su cercanía con la Estación Rosario Central del FFCC. Con el correr de los años, este carácter fue menguando, dando lugar a un barrio típico de clase media rosarina, de casas bajas y baja circulación.
En la última década, fruto del crecimiento de la construcción a nivel nacional, de la búsqueda de nuevas centralidades, y de la tendiente inclinación hacia un acentuado modelo de consumo, el sector comenzó a transformarse en foco de atracción de nuevas inversiones relacionadas principalmente al rubro de la edificación y la gastronomía. La identidad barrial en la actualidad presenta este rasgo de sinergia entre las diferentes actividades, que resultan en una elevada diversidad social y cultural.
El encargo de este proyecto consiste en un edificio de departamentos de planta baja y cuatro pisos, en un lote en esquina de 110m2, de planta casi cuadrada. Entre los requerimientos, cabe destacar el máximo aprovechamiento del uso del suelo y alturas permitidas según código urbano y reglamento de edificación.
El análisis de mercado realizado por los desarrolladores arrojaba un potencial programa de seis unidades con tres tipos de caracterización: loft, un dormitorio y dos dormitorios, resultando un edificio conformado por dos niveles de unidades pequeñas y dos niveles de unidades grandes. Considerando que la normativa del sector afecta al primer nivel de manera diferente que, a los sucesivos, las unidades pequeñas iban a requerir ciertas variaciones entre sí.
Entendiendo al edificio como contenedor de seis unidades, con variantes de distribución, y una normativa diferencial según niveles; surge la posibilidad de proponer un edificio de seis unidades completamente diferentes. Esto particularizaría a cada una de las unidades como singular, potenciando las virtudes de cada una y colaborando con el contexto diverso donde se implanta la propuesta.
Entre las estrategias para lograrlo sobresale la ruptura con la tradicional repetición y estratificación de niveles, propia de la mayoría de los edificios de propiedad horizontal en la ciudad. Bajo esta premisa, se plantearon una serie de encastres a partir de la implementación de unidades en dúplex para los departamentos de mayor superficie. El valor singular de este sistema es que, además de alterar la habitual disposición de dormitorios arriba y área social abajo, permite la disposición de las unidades de manera cruzada, optimizando el aprovechamiento de la condición de esquina. Esta disposición borra los limites preconcebidos de la unidad, donde cada planta se abre a una orientación y calle diferente; logrando una sensación de mayor amplitud espacial a través del reconocimiento de la esquina en el desarrollo interior de las unidades de mayor superficie.
Por último, la expresión morfológica se encuentra configurada por una diversidad de llenos y vacíos que responden a los locales que ocupan el interior. El tamaño de apertura elegida para cada tipo de uso, y la variación en su disposición exterior, son reflejo de la singularidad del sistema de configuración de esta propuesta, generando una expresión de diversidad exacerbada en su fachada por el desorden aparente.