Adentrarnos en los fundamentos y en las metodologías a través de las cuales las oficinas de arquitectura emergente abordan el oficio, nos permite no solo recopilar las tendencias que marcan el panorama actual, sino también comprender las nuevas perspectivas que éstas le ofrecen al desarrollo de la disciplina. A lo largo de sus cuatro años de trayectoria, los arquitectos chilenos Matías Alarcón, Cristian Fuhrhop y Cristóbal Montalbetti, han desarrollado una serie de obras diversas que confluyen de manera transversal en la atención al detalle, la búsqueda material y su capacidad de dialogar con el paisaje. En la siguiente entrevista los cofundadores de dicho estudio de arquitectura y diseño, elaboran acerca de la importancia de la colectividad y la experimentación material en el proceso de diseño y ejecución de su obra.
Luciana Truffa (LT): Entiendo que se asociaron de manera relativamente reciente ¿Qué implica trabajar de manera colectiva? ¿Qué intereses comunes los llevaron a trabajar de este modo? ¿Qué ventajas ofrece respecto a la práctica individual?
Alarcón + Fuhrhop + Montalbetti (AFM): A pesar de que recientemente le dimos un nombre a la oficina y nos empezamos a dedicar a tiempo completo, nuestras colaboraciones o trabajos en conjunto se vienen desarrollando desde que estábamos estudiando en la escuela, hace más de siete años. En este período nos hemos dado cuenta que, ya sea colaborando con un arquitecto para un concurso o ingresando a una oficina consolidada, independientemente que exista una jerarquía o persona a cargo, de alguna u otra manera, los proyectos terminan realizándose por un conjunto de personas, que van entregando mayor complejidad y riqueza al mismo. Y eso, podríamos decir que nos lleva a entender la práctica de una manera colectiva y dialogante.
De cierta manera, una de las grandes diferencias respecto a nuestras experiencias anteriores; al trabajar en oficinas de otros arquitectos, se traduce en la toma de decisiones y la responsabilidad que estas conllevan. Creemos que al asumirlas como propias; sin la experticia que te dan los años, podrían llegar a convertirse en una limitante proyectual. Por lo tanto, nos parece que siendo tres personas, esa limitante se logra contrarrestar, ya que la toma de decisiones pasa por un filtro interno y encuentra sentido antes de ejecutarse.
Nuestro trabajo colectivo tiene dos aristas favorables; primero la necesidad de replantear tu postura debido a una falla argumental, y segundo el reconocer en el otro, e incluso en ti mismo la motivación de defender una postura. Si bien tenemos gustos similares, o mejor dicho, llegamos a soluciones afines, nuestras personalidades expresan carácteres o personalidades muy distintas, lo cual creemos que es un valor, tanto para nosotros como para las personas con las que nos toca trabajar; siempre va a haber alguien más afín con quien poder relacionarse, pudiendo entre nosotros llegar a un lenguaje común para dar con la solución.
(LT): Sus proyectos denotan un enfoque multiescalar que se materializa simultáneamente en la atención al detalle y en la inserción de los mismos en el paisaje ¿Qué parámetros toman en cuenta al momento de diseñar? ¿Existe una relación entre ambas escalas en este traspaso?
(AFM): Por lo general intentamos que los proyectos que abordamos, sean siempre desde distintas escalas, no de manera estratégica sino ya como una constante proyectual. Nos resulta difícil desarrollar un relato secuencial porque cada decisión general va a corresponder en el desarrollo de sus partes y viceversa.
Esa manera de abordar el proyecto, responde justamente a que estamos los tres intentando resolverlo, por lo cual es muy difícil que al aproximarse a un encargo, se piense inicialmente desde la misma arista, en consecuencia, cada proyecto comienza como un desorden de ideas y referencias, de ahí la discusión va saltando de escalas como en un fluir de conciencia que quizás por querer dar un lapso de tiempo, logra comenzar a establecer alguna lógica entre las partes recién a la semana de discusión.
Podríamos decir que ese desorden de intereses comunes nos representa, pero en definitiva es el llegar a acuerdo entre ese caos lo que define nuestra oficina, a fin de cuentas somos tres y reconocemos nuestros valores para confiar en las decisiones del otro.
(LT): Su obra mantiene una coherencia que se refleja tanto en la sensibilidad material como en la relación táctil que se puede establecer con la arquitectura ¿Cómo se aborda el potencial expresivo de los materiales, y más específicamente del hormigón? ¿Pueden replicarse estos efectos mediante el uso de materiales locales o de menor huella de carbono?
(AFM): Esto está más relacionado con el tema de la construcción, uno de nuestros intereses es la exploración de las distintas posibilidades que entregan los materiales. Pocas veces buscamos una forma de operar por un encargo en particular, por lo general siempre estamos viendo distintas posibilidades de hacer cosas con lo que tenemos a mano o con lo que vamos descubriendo, una suerte de procrastinación que a veces rinde frutos. Por otra parte muchas veces el mercado se ve limitado a una serie de soluciones ya establecidas, por lo que otorgarle nuevos usos o formas de trabajar a distintos materiales nos permite replantear el cómo estamos haciendo las cosas.
Como consecuencia de esa búsqueda material, desarrollamos el proyecto “Gruta de Ester”, emplazado en el sur de Chile, donde la falta de práctica constructiva, el exceso de humedad y mala calidad de áridos, contribuyen a que el hormigón prácticamente no se tome en cuenta como material de construcción.
Fueron estas aparentes “desventajas técnicas” del material las que nos motivaron a usarlo y desarrollar un sistema de moldajes en el cual el “error” no solo pasaba a ser parte de la obra sino el valor de ella, de la misma manera la humedad presente pasaría a ser parte de la pátina del proyecto. Patina que le daría la capacidad de evidenciar el paso del tiempo en la obra y su pertenencia con el lugar.
Por otra parte, si bien nos interesa mucho, creemos que el tema material tampoco es un fin, es parte del medio para dar con una búsqueda, y dependerá caso a caso. En nuestra propuesta para el YAP ( Young Architects Program) del MOMA desarrollamos una propuesta que prácticamente era un sistema material. En esta oportunidad en específico pecamos de ingenuos al pretender que la propuesta material era capaz de expresar lo que teníamos en mente por sí mismo. Sinceramente confiábamos que no era necesario darle forma al sistema para mostrar su potencial, error tácito que nos llevó a no continuar en el concurso. De todas maneras un día materializamos dicha propuesta en algún proyecto.
(LT): Existe un límite difuso entre el mueble y la escala propiamente arquitectónica en su obra que queda en evidencia el algunos de sus prototipos y proyectos ¿En qué medida la objetualidad puede introducir nuevas variables en el ámbito de la arquitectura? ¿Es el mueble solo una fuente de inspiración en su trabajo o bien esta preocupación encuentra cabida también en el diseño de los interiores?
A pesar de que cada encargo presenta distintas complejidades de acuerdo a su escala, ya sea un objeto o un proyecto construido, la manera de aproximarnos a dicho encargo es similar. En este sentido, nos interesa más entender las distintas partes que componen el proyecto u objeto, sus relaciones y las lógicas internas que lo gobiernan. Esto nos permite hablar de una “sistematización” de los distintos elementos, en la que el resultado final sería una consecuencia de lo anterior. Posiblemente, lo que distingue un objeto de un proyecto de arquitectura en nuestro trabajo está dado por la componente perceptual, la cual termina por ser determinante a la hora de tomar las decisiones a una escala habitable, pues es esta la que carga de sentido al objeto resultante o el espacio imaginado.
(AFM): Por otro lado y retomando la pregunta, más que la posibilidad de que un objeto sea una fuente de inspiración para un proyecto o viceversa, entendemos que al desarrollar las propuestas desde aproximaciones similares, nos permite descontextualizar uno de ellos y llevarlo a la escala del otro. Y en ese juego de transformación, descomponerlo en virtud de un ejercicio especulativo que nos interese.
