El grupo compuesto por el arquitecto egresado de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), Alexis Olivares Valencia, y el estudiante perteneciente a la misma institución, Gonzalo Mazzey, obtuvo el 1 º lugar de la competencia "A Bench in Venice" con el proyecto titulado “La banca del mundo”. En el marco de la 17 º Bienal de Arquitectura de Venecia, el Pabellón Nacional de Emiratos Árabes curado por Wael Al War en conjunto con el Curator's Collective, lanzaron una convocatoria abierta de carácter internacional dirigida a estudiantes. Esta consiste en la formulación de una propuesta de diseño de una banca hecha a partir de materiales reciclados, la cual será instalada en durante el verano entrante en el interior de la Arsenale.
El proyecto consiste en un “todo” hecho de “partes”. Un solo cuerpo recoge los fragmentos de muchos otros; al igual que una ciudad, siempre habitada por historias y tránsitos fugaces.
La propuesta se enfoca en la reutilización de fragmentos y materiales de desechados tras el término de exposiciones previas, buscando generar de esta manera un espacio de encuentro que, en su longitud de 35 m, logre dar una nueva vida útil a estos elementos de un solo uso. La construcción de este espacio implica no sólo la creación de un elemento de reunión entre visitantes de proveniencias diversas, sino también la instalación de un medio capaz los ciclos de obsolescencia inherentes a la naturaleza de las bienales.
Inspirada en la naturaleza cosmopolita de la bienal, la Banca del Mundo evoca con su nombre, una amplitud intencional en la cual confluyen y dialogan distintas temáticas de manera simultánea. Este único elemento busca reciclar la totalidad de elementos descartables producidos durante la Bienal de Venecia 2021. Asimismo, el proyecto ganador, en su capacidad de replicabilidad, sugiere una extensión infinita capaz de congregar a la diversidad de países y culturas a las que hace alusión.
Este gesto supone también, una aproximación crítica y propositiva al formato expositivo, a la vez que se inserta como laboratorio social en el cual testear y distorsionar, las dinámicas del distanciamiento social que marcan la cotidianidad en tiempos de pandemia. La Banca del Mundo supone una operación simple y lúdica, “una invitación a reunirse y a estar solo”.
