Arica, un laboratorio de arquitectura moderna al norte de Chile

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La zona del Norte Grande de Chile se posicionó por más de tres décadas como un importante laboratorio moderno y polo de desarrollo a escala tanto nacional como internacional. Este encarnaba la posibilidad de descentralizar tanto el acceso a servicios e infraestructura, como la gestión misma del territorio. De mano del auge económico, se impulsó también un proyecto de modernidad que contemplaba desde planes de inversión integral, hasta la gestión y construcción de proyectos de arquitectura moderna. Sin embargo, tras el golpe de estado y la consecuente militarización de la frontera, los recursos volvieron a concentrarse en la capital santiaguina, acabando de esta manera con el impulso regionalista. Se detallan a continuación, algunas de las obras híbridas que, condicionadas tanto por el clima desértico como por la influencia europea, respondieron al contexto local marcado por un proyecto de modernidad incompleta.

La ciudad de Arica se consolidó durante su auge económico y cultural, como un laboratorio para la arquitectura moderna local. Durante las décadas de 1950 a 1970, la ciudad fronteriza fue escenario de una serie de operaciones que tuvieron como resultado la realización de variados proyectos culturales, posibilitados por su condición de Puerto Libre. Dentro de este marco, se desarrollaron los tres proyectos descritos a continuación.

Conjunto habitacional Estadio 

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El proyecto de vivienda representa una de las diez obras de gran escala realizadas por la reconocida firma Bresciani Valdés Castillo Huidobro (BVCH), que fueron financiadas y gestionadas por la Junta de Adelanto de Arica (JAA). El Conjunto habitacional erigido en 1956 en el predio del Ex-Estadio, contemplaba inicialmente la construcción de nueve bloques y tres conjuntos de viviendas-patio. Ambas tipologías se disponen siguiendo una trama diagonal rotada en 45 grados, la que se desarrolla en dos niveles de circulaciones diferenciadas. Las viviendas de una sola planta son apiladas de manera escalonada, operación que le otorga una mayor variabilidad volumétrica al conjunto. Asimismo, el descalce de los módulos, tiene como resultado la aparición de una serie de espacios intermedios. El tratamiento material de estos últimos, se inspira a su vez en las texturas y las técnicas constructivas nativas del desierto. Por otro lado, la morfología propiamente moderna de los bloques, dialoga con la vivienda de baja densidad por medio de los recorridos diagonales que articulan los cierres, dando lugar de esta manera, a los patios y recintos del estadio configurados de manera ortogonal.

Piscina Olímpica

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La piscina Olímpica de Arica fue proyectada y construida en 1972 por la arquitecta Alicia Meza, y los miembros de la CORMU Nelson Berthelon y Sergio Román. El proyecto de infraestructura deportiva, al alzarse 3 m por sobre el nivel del terreno, determina tanto su estratificación funcional —rasgo propiamente moderno— como la ejecución fragmentaria de la misma. De esta manera, se articula un recorrido en torno a los distintos estratos del proyecto, a la vez que se articula visualmente el horizonte del mar con la accidentada geografía desértica. El recorrido se inicia con una amplia rampa que desemboca en una promenade en el nivel superior, desde la cual se puede observar la estructura del recinto, e ingresar consecutivamente a la zona de graderías. Asimismo, esta estratificación se traduce igualmente en la construcción de la estructura de hormigón visto, la que no responde a la distribución eficiente de las fuerzas, sino más bien, al orden de ensamblaje de los distintos niveles. Esta lógica condicionó la prefabricación de un kit constructivo, cuyas partes debieron ser ensambladas por capas.

Campus Velázquez

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El proyecto de infraestructura educacional realizado por Mauricio Despouy, construye una grilla de hormigón que soporta y articula una serie de patios y galerías. Dentro de esta, el programa se organiza de manera flexible pero diferenciada según los respectivos volúmenes funcionales. El clima desértico es un factor determinante en la obra, la cual se caracteriza por la construcción de espacios intermedios y quiebrasoles de influencia tanto moderna como vernacular. De igual manera, la fluidez posibilitada por la grilla se traduce igualmente en la sección de la obra, en la que se articulan a través de una pasarela elevada los dos edificios entre sí y con la pendiente. La organicidad que cualifica al proyecto, aparece representada nuevamente en la fachada del edificio por medio de la implementación de un sistema de brise-soleil en hormigón visto. En este gesto, confluyen los rasgos propios del patrimonio moderno europeo, con el legado arquitectónico vernacular. De esta manera, el Campus Velázquez combina el código del estilo internacional con las condicionantes climáticas particulares del Desierto de Atacama.

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Si bien el extremo norte de Chile experimentó un auge económico y cultural importante desde inicios de 1950 hasta mediados de 1970, tras la militarización de la ciudad y el consecuente traslado de la zona franca hacia la ciudad de Iquique, las iniciativas por convertir a Arica en un centro de desarrollo económico y turístico concluyeron al poco tiempo. El énfasis centralizador de las políticas a nivel de Estado, produjo no sólo el retiro de los recursos de la zona, sino que promovió también un cierto desconocimiento generalizado respecto al patrimonio moderno fuera de la zona metropolitana.

Bibliografía

• Muñoz, Carolina. “Re-uso adaptativo del patrimonio arquitectónico de gran tamaño: la Piscina Olímpica de Arica”.
• Torrent, Horacio; Ruiz, Javier; Faúndez, María de la Paz. Siete grados de libertad: políticas, arquitectura, arquitecturas políticas. Arica en la larga década del sesenta, revista ARQ 101.
• Galeno, Claudio. Arica, la Junta de Adelanto y las convergencias del brutalismo. X Seminario Docomomo Brasil.