-
Arquitectos: RUÍNA
- Área: 17 m²
-
Fotografías:Lauro Rocha
-
Proveedores: Adobe, AutoDesk, Delidecor Cortinas e Persianas, Espaleti Serralheria Artística, Manoel Messias - WMS Marcenaria, Office, Pedras Bellas Artes, R&A Pinturas, Robson Soares, Trimble
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto de renovación de la tienda y el espacio de exposición de Carol Arbex se desarrolló sobre la base de la premisa de traducir la identidad de la marca en una experiencia espacial. Se seleccionaron elementos y materialidades para sugerir un camino sutil y proporcionar una narrativa personal y subjetiva — construida por el encuentro del usuario con el espacio.
En un espacio de 17 metros cuadrados, la experiencia se divide en tres instancias: al ingresar por el acceso principal, hacia la izquierda se encuentra el mueble en carpintería —que incluye el programa administrativo, financiero y de stock— seguido por el perchero que muestra la ropa de la colección. Al final, un gran espejo configura un elemento escultórico de contemplación donde se refleja el usuario, la ropa y el espacio.
Más allá del concepto, el espacio debe responder a una demanda muy pragmática: poder albergar, en diferentes momentos, cuatro tipos de programas: tienda, sala de exposición, almacenaje de stock y comedor. Esta diversidad de usos nos obligó a pensar en los elementos como dispositivos que posibilitan la expansión y contracción del espacio - una encimera móvil que se adapta a los muebles en carpintería, perchero que sube y baja según sus necesidades, materializando múltiples escenarios en una misma habitación.
El mobiliario en carpintería tiene dos configuraciones de apertura: puerta abatible con riel empotrado y tapete empotrado - permitiendo que durante el uso, todas las puertas se abran por completo y entren en el mueble, evitando que ocupen espacio de proyección en el entorno. El diseño de los muebles se pensó de tal manera que evite un efecto monolítico y garantice la suavidad y ligereza de sus elementos: la puerta de vidrio corrugado que encierra el área de la oficina, así como el vacío que soporta el espejo, la estantería y mesa móvil.
Se suponía que los percheros aportaban sutileza y dinámica al espacio, y para ello, las piezas de acero cepillado se curvaron, configurando elementos de mayor organización y dando movimiento a las prendas expuestas. Para reducir costos, pero aún así poder trabajar con materiales nobles, se utilizaron piedras desechadas por una empresa de mármol local para componer la base, los mangos de los percheros y la superficie de apoyo para una encimera móvil.
Los bloques más grandes de arenisca amarilla se perforaron lo suficientemente profundo para que los soportes verticales de los percheros (perfil tubular de Ø38 mm) se encajen y fijen, de manera que el peso del bloque actúe como un anclaje para ellos. Se esculpieron, lijaron y perforaron pierdas de menor tamaño que sirvieron de manillas para los percheros móviles, cuyo sistema funciona con poleas y contrapesos fijos. La placa de mármol crema marfil que se utilizó era totalmente irregular por lo que se cortó dentro del perímetro intacto de la pieza, y luego se fijó en la estructura de la mesa móvil de la tienda.
Durante el proceso de diseño y ejecución, entendemos que la cadena de producción y disposición del mármol —cuyo reciclaje de residuos sólo es posible para ciertos tipos de piedra y bajo procesos de mecanizado intenso— presenta otras formas de reutilización en arquitectura, con escalas y usos diversos desde pequeñas manufacturas, técnicamente más accesibles.