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Arquitectos: del Solar arquitectos
- Área: 185 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Renzo Rebagliati
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Proveedores: Casa Rosselló, Balterio Peru, Bosch Perú, Cassinelli, Pucon
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa se encuentra ubicada a las afueras de la ciudad de Lima, en el valle del río Lurín, lugar que resiste como último reducto natural verde que queda. El proyecto partió por la voluntad de mantener viva la memoria del refugio campestre familiar, un espacio de contacto y del compartir al aire libre. Los cerros, el recorrido del sol, los árboles y la ocupación del suelo existente determinaron la ubicación del volumen principal y el diseño de todos los espacios, tanto interiores como exteriores. Lo que empezó como una casa de retiro vacacional en el campo, se convirtió en un espacio de residencia permanente. Esto supuso la necesidad de una transformación constante y la realización de intervenciones y ampliaciones que se han ido adaptando a los cambios.
La casa está resuelta dentro de un volumen compacto de dos niveles que se encuentra en la parte posterior para maximizar la sensación de amplitud del terreno, que se percibe como un manto verde continuo desde el portón de ingreso. El camino de llegada que atraviesa el jardín sirve de filtro, como un tamiz muy sutil, que permite percibir el calmado pasar del tiempo en el recorrido. Los espacios interiores abren luego al entorno bucólico circundante que se aprecia bajo una nueva perspectiva, acompañada de sentidos afinados. La técnica constructiva mixta adoptada, con el uso de albañilería armada de bloques de concreto en el primer piso y madera para el segundo piso y techos, buscaron en todo momento un uso eficiente de los recursos manteniendo la tradición rústica y acogedora de una casa de campo.
Una vez definido el espíritu del proyecto, la decoración estuvo abierta para el uso y acomodo de todas las piezas que tenían los clientes. La colección incluía elementos de toda índole (antiguos rieles, rejas, columnas, ventanas, puertas, etc.), reciclados de antiguas casas demolidas y que aguardaban a la espera de un nuevo uso. Pensando en ellos se diseñaron los espacios exteriores complementarios: la terraza de estar separada de la casa como lugar de meditación y desasosiego; el huerto junto al invernadero para el cultivo sostenible de plantas y alimentos; y el comedor de diario abierto al jardín permitiendo su pleno disfrute.
El privilegio de vivir rodeado de jardines, chacras, plantas y animales, demandan también la responsabilidad de sostener su delicada atmósfera en equilibrio. Estos valores esenciales de conexión íntima y de lo que supone la vida en familia guiaron un proceso de diseño de largo aliento, el cual se mantiene.