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Arquitectos: Clavel Arquitectos
- Área: 15494 m²
- Año: 2020
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Fotografías:David Frutos
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Proveedores: Cosentino, Porcelanosa Grupo, Adapta Color, AutoDesk, Complementto, EGE, ESCOFET, Flaminia, Gancedo, Hisbalit, Kriskadecor, Maxwell Render, Naturtex, Robert McNeel & Associates, Sika, Trencadís Innovación, Tres
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Odiseo es el resultado de la voluntad de crear un gran complejo de ocio urbano, que busca convertirse en una referencia, no solo para la ciudad de Murcia, sino para todo el cuadrante sureste de la península. Repartidos en un total de 15.500 m2 construidos, el edificio alberga dos restaurantes, una discoteca, una sala de espectáculos, un casino y un sports bar, así como dos sótanos destinados a aparcamiento.
Ubicado en uno de los accesos principales al núcleo urbano, rodeado de vías de alta velocidad, donde el paisaje queda dominado por las vallas publicitarias y los tótems de los establecimientos comerciales, la edificación busca hacerse visible por si misma sin necesidad de recurrir a aparatosos rótulos monoposte, hasta convertirse en un colosal tótem que alberga aire y vegetación, pensado para ser percibido en movimiento y desde un ángulo de 360 grados.
Por otro lado, y asumiendo el carácter del uso principal del edificio (un centro de ocio), el proyecto persigue como objetivo fundamental la experiencia del usuario: desde la puramente sensorial (el confort, el sonido del agua, los reflejos, las texturas) a la psicológica (la curiosidad, el asombro, la expectación, la sorpresa, la sonrisa…).
Partiendo de estos preceptos, el edificio se compone exteriormente de un zócalo de dos niveles decalados entre sí, generando en su cubierta una gran terraza donde se dispone un pabellón destinado a restaurante. Por encima aparece el tótem (una gran celosía de tubos metálicos que soportan el rótulo que corona el conjunto) y una terraza elevada atravesada por una piscina en voladizo a ambos lados, que al apoyarse únicamente en dos núcleos centrales de hormigón, genera vuelos de hasta 22 metros de longitud. Un diseño estructural desafiante y complejo, donde recursos estructurales singulares se convierten en convencionales, se utiliza en última instancia para generar un bosque elevado: láminas de agua, vegetación, sombra, ventilación… se combinan para crear un ecosistema que defienda al edificio del fuerte clima de una de las ciudades con más horas de sol de Europa y muy enfocada hacia el turismo.
En el interior, un diseño cuidado hasta el extremo genera mundos independientes, yuxtapuestos entre sí, que tienen como punta de lanza el espacio de restaurante. Tomando el Mediterráneo como punto de partida (el cual guía también el trabajo en los fogones) y la mitología griega como su representación más esencial, se recurre a una acumulación de texturas (maderas, dorados y bronces, fibras naturales, terciopelos, cerámicas artesanales…) que, amalgamadas bajo una iluminación extremadamente cálida, transmiten al usuario distintas percepciones de la belleza de este concepto.
La construcción, financiada exclusivamente con dinero privado, ha contado con gran parte de los trabajadores y el talento local, con un espíritu de responsabilidad económica con esta pequeña ciudad en la que se ubica, muy castigada por la anterior crisis. Arquitectura, comunicación y naturaleza se superponen dotando de carácter y habitabilidad a un área de la ciudad antes inhóspita y despersonalizada, creando un oasis urbano de uso público y clima domesticado, abierto para todos los ciudadanos.