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Arquitectos: Michael K Chen Architecture
- Área: 55 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Alan Tansey
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Proveedores: Artistic Tile, Waterworks, Weltzer Parkett
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Basado en el interés de Le Corbusier por el diseño naval a mediados del siglo XX y en la propia experiencia de MKCA en la creación de espacios compactos y multifuncionales en entornos urbanos contemporáneos, este diseño es a la vez adaptable, eficiente y sorprendentemente elegante.
Bautizado graciosamente como "pied-à-mer" por MKCA, sirve como espacio de vacaciones para una pareja y sus hijos grandes, transformándose a la perfección en un espacioso apartamento de un dormitorio a uno de dos mediante mesas y camas que se despliegan y abren según sea necesario. Como punto de partida del proyecto, MKCA se fijó en la fascinación de la arquitectura modernista por el diseño náutico optimizado para la vida a pequeña escala con organización modular y eficiencia.
En particular, la creencia de Le Corbusier de que una casa debe considerarse una "máquina de vivir", así como su fascinación por los cruceros como modelos de complejos de apartamentos utópicos y autosuficientes, como la famosa Unite D'Habitation de 1952, le sirvieron de inspiración, al igual que la obra de Gio Ponti sobre cruceros y transatlánticos y la Villa E-1027 de Eileen Gray en el sur de Francia por su adopción de materiales terrosos que contrastan con las superficies planas y lisas del edificio.
El diseño flexible del proyecto se basa en estos conceptos, reforzados por lo que Chen describe como una "simplificación y suavización de sus dimensiones funcionales". El movimiento y el despliegue de las diferentes zonas funcionales está cuidadosamente coreografiado. Al alargar el recorrido de circulación, el espacio parece expandirse y comprimirse a medida que uno se mueve, pareciendo más espacioso.
Al entrar en el espacio, se pasa de un pasillo bien iluminado a una gran pared de cristal que da hacia el océano, flanqueada por dos volúmenes separados de aluminio acanalado, cada uno de los cuales contiene baños privados y zonas de almacenamiento. Los volúmenes organizan el espacio y crean vías de circunvalación y movimiento entre y alrededor de ellos, donde se insertan los espacios habitables. A pesar del reducido espacio, las zonas privadas, como el cuarto de baño principal y el guardarropa, siguen pareciendo distantes de la entrada y los espacios de estar, y se experimenta la sensación de moverse por largos pasillos y asomarse por las esquinas.
Dentro del espacio de 55 metros cuadrados, MKCA incluyó dos dormitorios, dos baños, una cocina, un vestidor, una zona de estar, una zona de almacenamiento y una zona de recibimiento. Cuando se necesita, la zona del comedor se transforma fácilmente en el segundo dormitorio, con la mesa del comedor apoyada en la pared para dar paso a una elegante cama plegable en voladizo. Cuando se convierte en un espacio de dos dormitorios, un biombo corredizo divide el apartamento, proporcionando privacidad a los invitados. Todos los elementos arquitectónicos a medida se prefabricaron en gran parte en el taller de los constructores de yates en las afueras de Viena y se instalaron cuando los muelles estuvieron secos durante cinco semanas en España.
Los conceptos de movimiento y multifuncionalidad sustentan todos los aspectos de la organización y la estética del proyecto. Además de las mesas y camas que desaparecen, MKCA incorporó iluminación empotrada y electrodomésticos integrados que pueden ser revelados audazmente o escondidos cuidadosamente. La adopción modernista de materiales industriales como el acero tubular cromado fue la inspiración para las costillas de aluminio extruido que ayudan a ocultar los paneles divisorios, las puertas y los electrodomésticos, y también acentúan la sensación de altura en el espacio de techo relativamente bajo de 2,5 metros. A diferencia de una casa modernista que hace referencia a las formas y superficies aerodinámicas de un barco, donde el propio barco está siempre presente, la presencia estética y conceptual de la máquina existe en forma de materiales industriales duros contra acabados y mobiliario más suaves, así como en la ingeniería de los propios mecanismos personalizados.
Los acabados de todo el espacio son resistentes al agua o están diseñados para adquirir marcas con el paso del tiempo. Esta dicotomía se extiende a la selección del mobiliario, cuyas superficies son muy táctiles, pasando de los metales pulidos y la piedra a materiales más lujosos como el mohair, terciopelo y gamuza, sirviendo como elementos esculturales dentro del diseño.
Las piezas contemporáneas se mezclaron con diversos artículos vintage con materiales predominantemente naturales y colores ricos y cálidos, contrapuestos a los azules y grises fríos, con la estética mecanizada de los elementos hechos a medida. Por ejemplo, el sofá Vuelta de Jaime Hayon está tapizado a medida en terciopelo de alto rendimiento por Holland and Sherry y se yuxtapone con sillones vintage de cuero y acero inoxidable de Pierre Thielen, suministrados por distribuidores de Holanda. El mobiliario del barco se especificó con el espíritu de colaboración, ya sea de diseñadores independientes, encargado o personalizado específicamente para el proyecto, o diseñado a medida por MKCA.
La luz y los reflejos estimulan el movimiento y la sensación de amplitud. Las nervaduras de aluminio a lo largo de los volúmenes centrales facilitan el juego de la luz natural y artificial a través de las superficies lacadas, mientras que la iluminación LED incrustada en la parte superior de las superficies acanaladas da la impresión de que las cápsulas flotan con sus bordes luminosos. La pared de vidrio continuo de este apartamento, que conduce a la terraza privada y a las vistas circundantes, permite que vastos horizontes cambien de forma del mar a la tierra y del día a la noche.
