Durante los últimos meses, la comunidad de arquitectura ha estado tratando de aportar a la lucha contra la pandemia. La propagación global de esta crisis podría haber desencadenado un esfuerzo coordinado y, por lo tanto, más visible, pero esta no es la primera vez en que los profesionales se movilizan en tiempos de crisis. A lo largo de los años, los desastres naturales y las emergencias han provocado que los arquitectos se involucren en iniciativas de ayuda, así como en una amplia gama de acciones humanitarias. En este artículo, echamos un vistazo a diferentes ocasiones en los que diversos arquitectos y sus iniciativas han contribuido significativamente, ayudando a las comunidades afectadas a superar las dificultades.
Existen muchas propuestas de diseño para la arquitectura posterior al desastre, pero rara vez los arquitectos tienen la oportunidad de poner en práctica sus diseños o ayudar a las comunidades afectadas de una manera tangible. A la luz de los recientes acontecimientos mundiales, vale la pena echar un vistazo a cómo la comunidad de arquitectura puede aportar su contribución en situaciones críticas.
Shigeru Ban
Si se nombrara a la figura líder de la profesión en arquitectura humanitaria, probablemente sería Shigeru Ban. El arquitecto ganador del premio Pritzker es conocido por su participación y enfoque práctico en la respuesta de emergencias, ya que ha emprendido proyectos de ayuda en todo el mundo. Su trabajo en este campo comenzó con el diseño de hogares temporales de tubos de papel para los refugiados del terremoto de Kobe en 1995. Casi al mismo tiempo, Ban estableció la Red de Arquitectos Voluntarios, para proporcionar ayuda después del desastre. Entre sus numerosas iniciativas, creó viviendas temporales después del terremoto de Haití de 2010 y desarrolló un complejo de viviendas de varios pisos hecho de contenedores de envío para las víctimas del terremoto de 2011 en Onagawa. Ban también diseñó una catedral temporal de cartón para reemplazar la destruida en Christchurch por el terremoto de 2013 y creó viviendas modulares para las víctimas del terremoto de Nepal de 2015. En 2017, firmó un acuerdo con ONU-Hábitat para diseñar 20,000 nuevas viviendas para refugiados en Kenia.
Yasmeen Lari
Cuando un terremoto golpeó a Pakistán en 2005, la arquitecta Yasmeen Lari decidió ayudar, por lo que trabajó con las comunidades afectadas para reconstruir las casas utilizando los materiales disponibles, como bambú y barro. Desde entonces, ha ayudado a construir más de 36,000 hogares para víctimas de inundaciones y terremotos en su país de origen, estructuras que resistieron los desastres naturales posteriores. En 2007, Lari también construyó cocinas comunitarias en campos de refugiados. La arquitecta cofundó la Fundación Heritage de Pakistán, una organización que, entre otras, capacita a personas de áreas rurales para fabricar componentes y productos de construcción que luego pueden monetizar, ayudando a esas comunidades a superar la pobreza. Yasmeen Lari recibió recientemente el premio Jane Drew 2020 por su extenso trabajo humanitario en las últimas dos décadas.
Renzo Piano
Después de que el terremoto de 2016 devastara varias ciudades en el centro de Italia, el primer ministro italiano llamó al arquitecto con sede en Génova en ese momento, para dirigir los esfuerzos de reconstrucción y desarrollar estrategias de prevención de desastres naturales. Como parte de esta iniciativa, Renzo Piano estableció un grupo de investigación y creó diez prototipos para construir viviendas antisísmicas a lo largo de los Apeninos. En 2018, otro evento trágico golpeó a Italia, con el colapso del Puente Morandi en Génova. Después del desastre, Piano, un Genovese, se ofreció a donar el diseño de un nuevo puente para reemplazar el viejo. La estructura ha sido completada recientemente. Antes de estos eventos, Renzo Piano también había aceptado la solicitud de la ONG de Emergencia para diseñar un nuevo centro de salud, el Centro de Excelencia en Cirugía Pediátrica, en Uganda, actualmente en construcción.
Stefano Boeri
El terremoto que sacudió el centro de Italia en 2016 resultó en la pérdida de una arquitectura centenaria y la ciudad de Amatrice fue la más afectada. Stefano Boeri se unió al arquitecto Renzo Piano en el proceso de reconstrucción, diseñando un nuevo comedor escolar para Amatrice. Apoyado con donaciones de toda Italia, así como de los propios arquitectos, el plan fue un primer pequeño paso hacia la reconstrucción del territorio severamente destruido. El proyecto luego evolucionó para convertirse en la Plaza Polo del Gusto, con los edificios circundantes con capacidad para ocho restaurantes. Al abarcar una gama de servicios diferentes, el diseño fue parte del intento de recrear trabajos, reiniciar actividades económicas y revivir el turismo local.
CatalyticAction
La organización de caridad y firma de arquitectura comenzó su trabajo humanitario en 2004, proporcionando espacios educativos para los niños refugiados sirios en el Líbano. Su enfoque apunta a fomentar la resiliencia de la comunidad al involucrar a los usuarios en las fases de planificación y construcción. En asociación con diferentes ONG y organizaciones humanitarias, CatalyticAction ha diseñado y construido varios parques infantiles en los asentamientos de refugiados en el Líbano. En 2016, la práctica reutilizó los materiales donados utilizados por un pabellón en la Expo de Milán para reconstruir la Escuela de Refugiados Jarahieh, anteriormente alojada en una carpa temporal.
Alejandro Aravena
El arquitecto ganador del premio Pritzker es conocido por sus esfuerzos para promover el desarrollo social y superar la disparidad. La vivienda "a medio terminar" se ha convertido en una firma para el estudio ELEMENTAL, lo que permite a los gobiernos proporcionar viviendas de calidad a un precio muy bajo. Esta estrategia de diseño se ha incorporado en el reemplazo de un asentamiento ilegal en la ciudad de Iquique en Chile y en el proyecto de Vivienda Monterrey en México. El arquitecto también desempeñó un papel esencial en la reconstrucción de la ciudad chilena de Constitución después del terremoto y tsunami del 2010, que resultó en la creación de un bosque para atenuar los efectos de futuros desastres naturales, así como el proyecto Villa Verde, un barrio residencial para 484 de las familias afectadas. Para ayudar con la falta de viviendas asequibles en todo el mundo, así como la rápida urbanización, Aravena ha puesto a disposición del público cuatro de sus proyectos de viviendas sociales.
La lista podría ser más larga, pero aún así logra demostrar que en tiempos de extrema necesidad, hubo arquitectos que respondieron a la llamada y ayudaron. Si esto merece elogios o es simplemente una parte de la responsabilidad social de la profesión es un debate abierto. Estos ejemplos sirven como recordatorio de que la acción individual puede marcar una diferencia esencial en las crisis cuando se interrumpe el sustento de las personas.