-
Arquitectos: Agora Arquitectura
- Área: 40 m²
- Año: 2019
-
Fotografías:Joan Casals Pañella
-
Proveedores: AutoDesk, Barnacork, Persiana Barcelona
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo requiere construir un refugio que permita disfrutar del tiempo libre. El proyecto plantea revisar una praxis habitual asociada a una auto-construcción poco sensible con el entorno, que sigue utilizando elementos de ocupación esporádica en ocupaciones más permanentes, como son las que hoy se dan en los campamentos pensados para el descanso de fin de semana.
Nos encontramos en una pequeña parcela de una zona de acampada del pirineo catalán situada en la confluencia del rio Durán y el río Segre y la carretera que une Bellver de la Cerdanya con Isòvol a través del eje Pirenaico. Rodeado por los bosques del Tossal d’Isòvol y de Baltarga en el campamento se alza una idea de habitar ciertamente respetuosa con en el entorno. Por un lado, la limitación de los consumos energéticos, invitan a tomar conciencia de la necesidad de aprovechar los pocos recursos con los que se cuenta. Por otro lado, la reducida ocupación privada y la habitual externalización de la mayoría de los servicios comunes llama a preservar los lugares de encuentro potenciando las relaciones sociales.
El refugio propuesto, presenta tres zonas claramente diferenciadas. En la parte frontal, sala y cocina, dando continuidad dentro a las relaciones sociales que ocurren fuera en el entorno, recoge la zona pública del conjunto formando una única pieza que como si fuera un gran porche, tanto se abre al exterior mediante tres puertas correderas, como presenta la voluntad de ampliar el espacio interior en el exterior a través de una plataforma drenante y unas persianas enrollables que mediante un separador colonizan el exterior.
En la parte posterior, dos espacios para dormir y uno para almacenar, esconden la zona más íntima de la casa, recordando los espacios mínimos del mundo de las caravanas. En la parte intermedia, se sitúa una barra de servicios pasantes dotando al conjunto del confort de algunos bungalows adyacentes. Se piensa en la prefabricación como medida para optimizar recursos disminuyendo al máximo las mermas y como sistema para ganar tiempo, reducir costes, y obtener mayor precisión.
Así, en la capa más externa, como contenedor del conjunto del espacio, se piensa en una estructura tubular de 60x60mm compuesta de módulos de 1,5×1,5m que forman dos planos horizontales separados 3m mediante 12 pilares de 60×60mm. El plano horizontal inferior, dobla la estructura longitudinalmente, habilitando el sistema para ser elevado y transportado. El plano horizontal superior, dobla la estructura transversalmente, pensando en las sobrecargas de nieve del emplazamiento, construyendo así un paralepípedo de dimensiones totales de 7,5 x4.5x3m.
En la capa más interna, un revestimiento de OSB sirve para cubrir paredes, techos y suelos creando una envolvente continua que persigue la calidez del espacio interior en contraste con el frío del ambiente exterior. En la capa intermedia, partiendo de un módulo estándar de 100x50cm que se despieza en sus múltiplos para escalar la fachada, se sitúa una piel de corcho expandido que dota la construcción de un gran aislante continuo que se mimetiza con el entorno boscoso.
En la cubierta, una continua membrana de caucho, sin juntas, libre de cloro y halógenos, bajo una ligera pendiente, asegura la impermeabilidad de la obra acudiendo a un material totalmente reciclable que no contamina en su proceso de fabricación recordando las oscuras cubiertas adyacentes.
Varios sistemas pasivos han sido tenidos en cuenta para reducir la demanda y el consumo energético: Orientando la obra a Sur, tres grandes correderas combinan dobles acristalamientos bajo emisivos, de manera que en invierno se reducen las pérdidas de calor y en verano, con un sistema de control solar que utiliza unas sencillas persianas enrollables se reducen las transmisiones, generando incluso una sombra, que se apoya en un sistema de ventilación cruzada.
Elevando la casa unos centímetros del suelo mediante una hilada de bloques de hormigón, una cámara de aire ventilada evita que suban las humedades del terreno aislando el volumen edificado del frío y del calor del suelo.
Combinando el corcho expandido de la fachada con el tablero de virutas interior, se crea una gruesa protección térmica y acústica que siendo de nulo mantenimiento procede de bosques sostenibles, resulta totalmente reciclable y evita cualquier puente térmico. Planteando una construcción ligera y en seco se reduce el peso total de la obra facilitando el transporte, la elevación y los recursos empleados.
El proyecto mira el entorno fijo del lugar acercándose a su materialidad, proponiendo un programa social ordenado acorde a su ubicación particular y atendiendo a unas demandas de clima que invitan a reducir con la propia obra, primero la demanda energética para después el gasto del consumo energético durante la vida útil de la construcción.
También mira el entorno más efímero del emplazamiento, elevándose del suelo, acercándose a unas proporciones que hacen el proyecto transportable y reflexionando acerca de todos aquellos elementos que como la plataforma, el toldo o el escalón, juegan un papel fundamental en la arquitectura nómada del campamento y que ahora utilizándose en la arquitectura más permanente se han transformado en sistemas de eficiencia energética adaptando soluciones de la autoconstrucción. La nieve del invierno provoca cambios en el campamento. Todo, parcial o totalmente desaparece. La obra aquí descrita también.